Así funciona el método más eficaz para ahorrar: la fórmula 10/30/60
Un método eficaz para quienes tienen capacidad de ahorro limitada

Dinero en efectivo.
Los imprevistos económicos pueden surgir en cualquier momento y tener la seguridad financiera necesaria resulta fundamental. El fondo de emergencia se ha convertido en una herramienta esencial para afrontar gastos inesperados, especialmente mediante métodos como la fórmula 10/30/60, un sistema que está ganando popularidad entre personas con capacidad de ahorro limitada.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 37% de los hogares españoles en 2023 no tenía posibilidad de afrontar gastos imprevistos, un porcentaje 1,5 puntos superior al registrado en 2022. Esta realidad subraya la importancia de contar con un colchón financiero que no solo sirva para contingencias inesperadas, sino también como apoyo ante posibles reducciones de ingresos familiares derivadas de enfermedades o pérdidas de empleo.
La utilidad de un fondo de emergencia está ampliamente reconocida por expertos financieros. Este mecanismo permite proteger el patrimonio sin necesidad de recurrir a préstamos bancarios o caer en descubiertos en cuentas corrientes. Como señala la Asociación de Educadores y Planificadores Financieros (AEPF), "el fondo de liquidez y reserva es el procedimiento más inmediato y cercano en caso de necesidad a corto plazo".
¿En qué consiste la fórmula 10/30/60?
Este método propone una distribución estratégica de los ingresos netos mensuales en tres categorías bien diferenciadas: un 10% destinado exclusivamente al ahorro (donde se incluye el fondo de emergencia), un 30% para compromisos financieros como el pago de deudas, y el 60% restante para cubrir gastos diarios y mantener el estilo de vida habitual.
La principal ventaja de esta distribución radica en su adaptabilidad a economías más ajustadas, donde las deudas representan un porcentaje significativo de los ingresos y el coste de la vida deja poco margen para el ahorro. Este enfoque resulta especialmente útil para jóvenes profesionales que inician su vida laboral con salarios más bajos y necesitan destinar proporcionalmente más recursos a gastos fijos.
Otra característica destacable es que al asignar un mayor porcentaje a las necesidades básicas (60%), ofrece mayor flexibilidad para afrontar los efectos de la inflación. Esto permite absorber los incrementos de precios con mayor tranquilidad, reduciendo considerablemente el estrés financiero que supone no llegar a cubrir los gastos esenciales mientras se intenta ahorrar.
Cantidad recomendada para un fondo de emergencia
No existe una cifra universal que los expertos recomienden para un fondo de emergencia, ya que las necesidades varían según factores como el tipo de trabajo, nivel de ingresos o patrimonio personal. Sin embargo, una recomendación ampliamente aceptada es apartar cantidades coherentes que permitan vivir sin apuros a corto plazo.
El presidente de la AEPF aconseja conservar un importe equivalente a tres meses de consumo habitual. Siguiendo este criterio, si una persona gasta de media 1.000 euros mensuales, debería contar con un fondo de emergencia de aproximadamente 3.000 euros. Esta cantidad proporcionaría un margen de maniobra razonable ante imprevistos sin comprometer la estabilidad financiera.
Opciones para guardar el fondo de emergencia
Una vez determinada la cantidad a destinar al fondo de emergencia, es fundamental decidir dónde depositar ese dinero. La opción más recomendable es abrir una cuenta de ahorro o cuenta remunerada que ofrezca cierta rentabilidad por el capital depositado y, al mismo tiempo, permita acceder a los fondos de manera inmediata cuando sea necesario.
Las cuentas de ahorro presentan ventajas significativas para este propósito. En primer lugar, permiten sumar los intereses generados al fondo de emergencia, incrementando paulatinamente su valor. Además, se trata de productos financieros de bajo riesgo, con un indicador de riesgo de 1 sobre 6 para depósitos de hasta 100.000 euros por titular.
Otra garantía importante es que estos depósitos están protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos del país donde se contrate el producto, ofreciendo un nivel adicional de seguridad para el dinero destinado a emergencias. Esta protección resulta especialmente relevante en tiempos de incertidumbre económica como los que hemos experimentado en los últimos años.
Beneficios de la planificación financiera mediante fondos de emergencia
Implementar un sistema de fondo de emergencia, especialmente siguiendo la fórmula 10/30/60, aporta numerosos beneficios a la salud financiera personal y familiar. Entre ellos destaca la reducción de la dependencia de financiación externa ante situaciones imprevistas, evitando así el pago de intereses asociados a préstamos de urgencia.
Asimismo, contar con este colchón financiero disminuye considerablemente los niveles de estrés y ansiedad relacionados con la incertidumbre económica. La tranquilidad de saber que se dispone de recursos para afrontar emergencias sin desestabilizar las finanzas cotidianas tiene un impacto positivo en el bienestar general.
Para quienes inician su camino hacia la independencia financiera, el fondo de emergencia constituye además el primer paso hacia una cultura de ahorro más amplia. Una vez consolidado este hábito, resulta más sencillo establecer objetivos financieros a medio y largo plazo, como la inversión en activos o la planificación de la jubilación.
¿Cómo empezar a construir un fondo de emergencia en 2025?
Para quienes deseen iniciar su fondo de emergencia en este 2025, los expertos financieros recomiendan comenzar con pequeñas aportaciones regulares. Es preferible establecer una cantidad modesta pero constante que intentar ahorros ambiciosos que resulten insostenibles a largo plazo.
Una estrategia efectiva consiste en automatizar las transferencias hacia la cuenta de ahorro designada para el fondo, idealmente programándolas para los días inmediatamente posteriores al cobro del salario. De esta forma, se prioriza el ahorro antes del gasto, aumentando significativamente las probabilidades de éxito.
Finalmente, es recomendable revisar periódicamente tanto la cantidad ahorrada como los gastos habituales, ajustando las aportaciones al fondo según evolucionen los ingresos y las necesidades personales. La flexibilidad y la adaptación constante son claves para mantener un fondo de emergencia verdaderamente eficaz ante las cambiantes circunstancias económicas.