SEGRE

Un experto advierte por qué hay que quitarse los zapatos al llegar a casa: "Un 99% contienen restos de..."

El especialista en salud ambiental Manuel Viso alerta sobre los riesgos de no descalzarse al entrar en nuestros hogares

Mahabis Footwear / Unsplash

Mahabis Footwear / Unsplash

Publicado por
segre

Creado:

Actualizado:

El médico especialista en salud ambiental Manuel Viso ha lanzado una seria advertencia sobre los peligros de mantener el calzado puesto dentro del hogar. Según explica el facultativo, casi el 99% de los zapatos que utilizamos en exteriores contienen residuos potencialmente dañinos que, al no quitárnoslos al entrar en casa, terminamos distribuyendo por todas las estancias, exponiendo a los habitantes a riesgos sanitarios inadvertidos pero significativos.

"¿Alguna vez te has detenido a pensar en los peligros que conlleva andar por casa con los mismos zapatos que usaste en la calle? Desde bacterias hasta sustancias tóxicas, ¡hay mucho más de lo que imaginas debajo de esas suelas!", advierte el Dr. Viso, quien señala que los zapatos pueden transportar desde residuos de petróleo hasta materia fecal, convirtiendo nuestro hogar en un espacio potencialmente insalubre si no adoptamos medidas preventivas adecuadas.

El especialista subraya la importancia de establecer rutinas de higiene doméstica que incluyan el descalzado al entrar en el domicilio, especialmente en hogares donde conviven niños pequeños, ancianos o personas con sistemas inmunológicos comprometidos, quienes presentan mayor vulnerabilidad ante los patógenos que pudieran introducirse a través del calzado contaminado.

Los microorganismos que viajan en nuestras suelas

Las investigaciones científicas respaldan las advertencias del Dr. Viso. Diversos estudios microbiológicos han identificado hasta 421.000 tipos diferentes de bacterias en las suelas de los zapatos, incluyendo Escherichia coli, causante de infecciones intestinales y urinarias, y Clostridium difficile, asociada a diarreas graves y colitis.

Un estudio realizado por la Universidad de Arizona descubrió que el 96% de los zapatos analizados contenían coliformes fecales, mientras que en el 27% de los casos se detectó específicamente E. coli. Estas bacterias pueden sobrevivir en las suelas entre varios días y varias semanas, dependiendo de las condiciones ambientales y el material del calzado.

"Las suelas de nuestros zapatos actúan como verdaderas esponjas que recogen y transportan todo tipo de contaminantes", explica el Dr. Viso. "Cuando caminamos por aseos públicos, calles, parques o zonas donde hay excrementos de animales, estamos recogiendo un cóctel de microorganismos que luego diseminamos por todas las superficies de nuestra vivienda".

Sustancias químicas y tóxicos ambientales

Más allá de los patógenos biológicos, el especialista alerta sobre la presencia de sustancias químicas potencialmente nocivas que también se adhieren a nuestro calzado durante los desplazamientos urbanos:

  • Hidrocarburos y derivados del petróleo: procedentes de las calzadas, aceites de vehículos y residuos de combustibles.
  • Metales pesados: como plomo, mercurio o cadmio, presentes en el polvo urbano y en determinadas superficies industriales.
  • Pesticidas y herbicidas: utilizados en parques, jardines y zonas agrícolas, que pueden ser especialmente tóxicos para mascotas y niños que juegan en el suelo.
  • Partículas contaminantes PM2.5 y PM10: presentes en la atmósfera urbana que se depositan en el suelo y se adhieren al calzado.

Poblaciones de riesgo y espacios críticos

El riesgo asociado a esta práctica no es homogéneo para toda la población. Según señala el Dr. Viso, existen grupos especialmente vulnerables:

"Los niños pequeños, que gatean y juegan directamente sobre el suelo, tienen mayor probabilidad de contacto con los contaminantes. Además, su sistema inmunológico aún está en desarrollo, lo que los hace más susceptibles a infecciones", indica el facultativo.

Las personas mayores, pacientes inmunodeprimidos, mujeres embarazadas y quienes padecen enfermedades respiratorias crónicas también conforman grupos de especial riesgo ante esta exposición.

En cuanto a los espacios domésticos, el experto identifica algunas zonas críticas: "La cocina y el comedor son áreas donde la contaminación puede transferirse directamente a los alimentos. Las alfombras, con su capacidad para retener partículas, pueden convertirse en reservorios persistentes de bacterias y alérgenos si no se limpian adecuadamente".

¿Qué alternativas existen?

El Dr. Manuel Viso propone algunas soluciones prácticas para minimizar este riesgo sanitario:

  • Establecer una zona de transición: Designar un área cerca de la entrada donde dejar el calzado de calle.
  • Utilizar calzado exclusivo para interiores: Zapatillas o chanclas limpias para uso exclusivo dentro del hogar.
  • Emplear felpudos desinfectantes: Existen modelos con propiedades antibacterianas que reducen la carga microbiana.
  • Limpieza regular de suelas: Para quienes no deseen descalzarse, limpiar las suelas con productos desinfectantes antes de entrar.
  • Intensificar la limpieza doméstica: Prestar especial atención a suelos, especialmente en hogares con niños pequeños.

A diferencia de España, donde no existe una tradición arraigada de descalzarse al entrar en casa, en países como Japón, Finlandia, Canadá o Corea del Sur esta práctica está completamente normalizada y forma parte de los códigos sociales básicos de convivencia.

"En España tenemos la costumbre de fregar el suelo con frecuencia, pero pocas veces nos planteamos que sería más higiénico simplemente no contaminarlo", reflexiona el Dr. Viso. "El cambio de hábitos requiere concienciación, pero los beneficios para la salud familiar son evidentes".

¿Existe evidencia científica sobre estos riesgos?

La literatura científica respalda las advertencias del especialista. Un estudio publicado en el Journal of Applied Microbiology demostró que los zapatos pueden transferir entre el 90% y el 99% de las bacterias adheridas a sus suelas a los suelos limpios de una vivienda.

Otra investigación de la Universidad de Houston encontró que el 39,6% de las suelas analizadas contenían la bacteria Clostridium difficile, un patógeno que puede causar diarreas graves e incluso ser mortal en personas vulnerables.

Titulars del dia

* camp requerit
Subscriu-te a la newsletter de SEGRE
tracking