El vino como regalo para anfitriones, ¿una costumbre a la baja?: "mejor llevar..."

La costumbre de obsequiar una botella de vino cuando somos invitados a una comida o cena está experimentando un notable declive en España. Según revela un estudio reciente realizado en Reino Unido, esta tradicional forma de agradecer la hospitalidad comienza a considerarse anticuada, mientras alternativas como el aceite de oliva ganan popularidad entre los comensales más exigentes.

Escoger el vino adecuado puede representar un verdadero desafío para muchos invitados y, en numerosas ocasiones, la botella termina acumulando polvo en la cocina del anfitrión hasta encontrar el momento oportuno para descorcharla. A esto se suma que, cuando los gustos de los asistentes son variados, una única botella resulta insuficiente para satisfacer a todos los paladares. Además, el anfitrión generalmente ya ha previsto las bebidas para la ocasión, relegando el obsequio vinícola a un segundo plano.

El aceite de oliva, el nuevo "regalo estrella"

Según datos del supermercado británico Waitrose, con la subida de precios, el aceite de oliva se ha convertido en un bien preciado y es una mejor opción de regalo que el vino. La chef estadounidense Ina Garten afirma que en algunas culturas, como a Italia, los regalos se tienen que abrir inmediatamente, por lo cual es mejor evitar obsequios que obliguen a los anfitriones a servirles la misma noche.

Otras alternativas gastronómicas

Además del aceite de oliva, otras opciones recomendadas son un café de calidad, un chocolate con caramelo salado o unos cereales caseros para el desayuno. Alimentos que los anfitriones pueden degustar a su ritmo, sin tener que ponerlos en mesa inmediatamente. Las olivas, las nueces, la miel, el vinagre o la sal de lugares especiales del mundo también aportan sofisticación.

Regalos que ocupan espacio, una mala idea

Victoria Moore, experta enológica del Telegraph, coincide en estos detalles y añade que nunca se tienen que regalar cosas que ocupen espacio en las casas, ya que pueden conseguir el efecto contrario y no ser bien vistas por el anfitrión. Por lo tanto, nada de velas aromáticas ni similares.

Aunque llevar una botella de vino cuando somos invitados a una comida sigue siendo una costumbre extendida, cada vez más expertos sugieren optar por regalos más duraderos y apreciados, como el aceite de oliva de calidad. Otras opciones gastronómicas especiales o productos gourmet también son una buena alternativa para agradecer a los anfitriones su hospitalidad sin obligarlos a consumirlos inmediatamente.