Las mujeres cobran un 30% menos de pensión que los hombres y se jubilan diez meses más tarde
Aunque la brecha persiste, las nuevas jubiladas reducen la diferencia al 17,5% gracias a una mayor participación laboral y medidas correctoras.

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Las mujeres en España siguen enfrentando una significativa brecha en sus pensiones de jubilación, cobrando un 30,4% menos que los hombres según revela el último Barómetro de las Pensiones elaborado por el Instituto Santalucía. Con datos actualizados a abril de 2025, las pensionistas reciben una media de 1.196,5 euros mensuales, mientras que sus homólogos masculinos perciben 1.719 euros al mes, evidenciando una persistente desigualdad en el sistema de pensiones español.
El informe, desarrollado por expertos del Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social, muestra también que las mujeres retrasan su jubilación diez meses más que los hombres de media. Este retraso responde principalmente a carreras laborales más irregulares e interrumpidas por responsabilidades familiares, obligando a muchas mujeres a prolongar su vida laboral para mejorar la cuantía final de su pensión.
A pesar de esta notable diferencia, el estudio señala un dato esperanzador: la brecha se reduce considerablemente entre las nuevas altas de jubilación, situándose en un 17,5%. Esto refleja una tendencia hacia la convergencia gracias a la mayor incorporación femenina al mercado laboral, la reducción de la brecha salarial (que se situó en el 15,7% en 2023) y la implementación de medidas correctoras en el sistema de pensiones español.
La doble pensión, más común entre mujeres que entre hombres
Un dato revelador del informe muestra que el 17,6% de las mujeres pensionistas perciben más de una pensión, frente a solo el 3,5% de los hombres. Esta circunstancia se da principalmente por la combinación de pensiones de jubilación y viudedad. Los expertos atribuyen esta diferencia a dos factores fundamentales: la mayor esperanza de vida de las mujeres y el creciente número de pensionistas femeninas con derecho a una pensión contributiva propia.
José Manuel Jiménez Rodríguez, director del Instituto Santalucía, ha destacado que "aunque los datos muestran que las mujeres han avanzado en el acceso y la cuantía de las pensiones de jubilación, la situación de desventaja es todavía una realidad. El origen de este problema se encuentra en las importantes diferencias de género que tradicionalmente han existido en el mercado laboral y que todavía continúan a pesar de los avances logrados en las últimas décadas".
Causas de la brecha de género en las pensiones
El estudio, elaborado por académicos de prestigiosas universidades españolas como la Universidad de Valencia, la Universidad de Extremadura y la Universidad Rey Juan Carlos, identifica varios factores estructurales que perpetúan esta desigualdad. Entre ellos destacan las interrupciones en la vida laboral de las mujeres por cuidado de hijos o familiares dependientes, las diferencias salariales que persisten en el mercado laboral, y las jornadas a tiempo parcial que afectan desproporcionadamente a las trabajadoras.
Aunque el sistema español ha implementado medidas correctoras como la integración de lagunas, el complemento a mínimos o el complemento por brecha de género, los investigadores consideran que para alcanzar la igualdad real en materia de pensiones resulta "imprescindible" abordar dos aspectos fundamentales: cerrar definitivamente la brecha salarial y conseguir un reparto más equilibrado de las responsabilidades familiares.
El sistema de pensiones español y la desigualdad de género
El sistema público de pensiones en España, basado principalmente en las cotizaciones realizadas durante la vida laboral, refleja inevitablemente las desigualdades del mercado de trabajo. Las carreras profesionales de las mujeres, tradicionalmente más discontinuas y con menores salarios, se traducen en pensiones inferiores pese a los mecanismos correctores implementados en las últimas reformas.
Los expertos del Instituto Santalucía señalan que la convergencia observada en las nuevas altas de jubilación representa un avance significativo, pero insuficiente para eliminar por completo la brecha en un futuro próximo. La reducción a un 17,5% entre las nuevas pensionistas frente al 30,4% de la media general indica una tendencia positiva que, sin embargo, requerirá décadas para equiparar completamente las prestaciones.