Pensiones: el cambio en el cálculo que beneficiará a millones de jubilados a partir de 2026
La Seguridad Social implementará una nueva medida para reducir la penalización de los periodos de desempleo en el cómputo de la jubilación

Imagen de archivo de una hucha.
A partir del 1 de enero de 2026 entrará en vigor un importante cambio en el sistema de cálculo de las pensiones que beneficiará a millones de españoles. La Seguridad Social ha diseñado esta reforma con el objetivo principal de reducir el impacto negativo que los periodos sin cotización tienen sobre la cuantía final de la jubilación, especialmente para aquellos trabajadores con carreras laborales irregulares o interrumpidas.
La medida, que forma parte del paquete de reformas del sistema público de pensiones, permitirá cubrir los periodos sin cotización con una base mínima, actualmente establecida en 1.323 euros mensuales. Esta iniciativa busca garantizar pensiones más dignas para sectores de la población con menos años cotizados, siguiendo la tendencia europea de reforzar los sistemas de protección social tras las crisis económicas recientes.
Según los detalles anunciados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, los trabajadores podrán rellenar hasta 48 meses con el 100% de la base mínima de cotización. Una vez superado este límite, se cubrirá el 50% de dicha base (661,50 euros con los parámetros actuales). Las madres contarán con condiciones especialmente favorables, pudiendo cubrir hasta 60 meses al 100% y 24 meses adicionales al 80%, siempre que acrediten interrupciones laborales por maternidad o tareas de cuidados.
Cómo funciona el nuevo sistema de cálculo
El sistema actual de cálculo de pensiones se basa en la determinación de la base reguladora, que se obtiene dividiendo entre 350 las bases de cotización del trabajador durante los 300 meses (25 años) anteriores al mes previo al inicio de la prestación. Este método cambiará sustancialmente a partir de enero de 2026, cuando la base reguladora pasará a calcularse dividiendo entre 352,33 la suma de las 302 bases de cotización de mayor importe dentro del periodo de los 304 meses inmediatamente anteriores.
Lo más destacable de esta reforma es que ambos sistemas coexistirán durante un periodo transitorio que se extenderá desde 2026 hasta 2044. Durante estos casi 20 años, los trabajadores tendrán la posibilidad de elegir entre el método de cálculo actual o el nuevo sistema, optando por aquella fórmula que les resulte más beneficiosa para sus intereses económicos.
Este periodo de transición busca evitar cambios bruscos en el sistema y permitir una adaptación gradual tanto para los ciudadanos como para la administración. Los expertos en Seguridad Social consideran que la reforma beneficiará especialmente a quienes hayan sufrido desempleo de larga duración o hayan tenido que abandonar temporalmente el mercado laboral por motivos familiares.
Beneficios adicionales para padres y madres
Una de las novedades más significativas de la reforma es el reconocimiento explícito de las interrupciones laborales por cuidados familiares. Las madres, como ya se ha mencionado, podrán cubrir hasta 60 meses al 100% de la base mínima y 24 meses adicionales al 80% si acreditan que su carrera laboral se ha visto interrumpida por maternidad o tareas de cuidado.
Pero la reforma también contempla que los padres puedan acceder a estos mismos beneficios si demuestran que su trayectoria profesional se ha visto igualmente afectada por las responsabilidades familiares. Esta medida supone un avance en la corresponsabilidad y un reconocimiento a la labor de cuidados, tradicionalmente invisibilizada en términos de cotización y derechos de pensión.
Según estimaciones de la Seguridad Social, aproximadamente 2,3 millones de personas podrían beneficiarse directamente de estas nuevas medidas en los próximos años, especialmente mujeres, que estadísticamente presentan más interrupciones en sus carreras profesionales debido a las tareas de cuidados.
El sistema público de pensiones en España
El sistema público de pensiones español funciona mediante un modelo de reparto, donde las cotizaciones de los trabajadores actuales financian las pensiones de los jubilados presentes. Este sistema se ha enfrentado en las últimas décadas a importantes desafíos derivados del envejecimiento poblacional y la disminución de la ratio entre cotizantes y pensionistas.
La sostenibilidad del sistema ha sido motivo de preocupación y debate político durante años, lo que ha llevado a sucesivas reformas para garantizar su viabilidad a largo plazo. La medida que entrará en vigor en 2026 forma parte de un conjunto más amplio de actuaciones dirigidas a fortalecer el sistema, adaptándolo a las nuevas realidades laborales y demográficas.
Otro cambio significativo que acompañará a esta reforma es la progresiva ampliación del periodo de cálculo de la pensión, que busca reflejar de manera más precisa la carrera laboral completa del trabajador, mientras se introducen mecanismos correctores para que esta ampliación no perjudique a quienes han tenido periodos sin cotización.
¿Cómo afectará a los futuros pensionistas?
Para entender el impacto real de estos cambios, consideremos el caso de un trabajador que ha estado en desempleo durante tres años en los últimos 25 de su vida laboral. Con el sistema actual, esos años sin cotización computan como ceros en el cálculo de su pensión, reduciendo significativamente su base reguladora final.
Con la reforma que entrará en vigor en 2026, esos 36 meses podrían cubrirse al 100% con la base mínima de cotización (1.323 euros mensuales), lo que mejoraría sustancialmente el resultado final de su pensión. En el caso de una madre que haya interrumpido su carrera laboral durante cinco años para cuidar de sus hijos, podría cubrir los 60 meses completos al 100% de la base mínima.
Los expertos en Seguridad Social calculan que estas medidas podrían suponer un incremento medio de entre un 5% y un 12% en la pensión final de quienes se beneficien de ellas, dependiendo de la extensión de los periodos sin cotización y de la situación particular de cada trabajador.
La posibilidad de elegir entre el sistema antiguo y el nuevo durante el periodo transitorio 2026-2044 garantiza además que ningún trabajador se vea perjudicado por la reforma, pudiendo optar siempre por la fórmula que maximice su pensión.
Preparación para la transición
Ante la proximidad de estos cambios, los expertos recomiendan a los trabajadores que se acercan a la edad de jubilación que soliciten un informe personalizado de su vida laboral y realicen una simulación comparativa de ambos sistemas para determinar cuál les resultaría más beneficioso.
La Seguridad Social ha anunciado que reforzará sus servicios de atención e información ciudadana a lo largo de 2025 para asesorar adecuadamente a los futuros pensionistas sobre estas importantes modificaciones. También se prevé el lanzamiento de una plataforma digital que permitirá realizar simulaciones personalizadas del cálculo de la pensión bajo ambos sistemas.
Esta reforma representa un avance significativo en la protección social de los trabajadores con carreras laborales irregulares, alineando el sistema español con las mejores prácticas europeas en materia de seguridad social y reconocimiento de los periodos dedicados a los cuidados familiares.