POBLACIÓN
500 años de cinco amigas: el trabajo, la familia y una vida tranquila, entre los secretos de su longevidad
Usuarias de la residencia Caser Residencial de Lleida, que nunca antes había tenido a tantas centenarias a la vez

Ramona Mir, Clotilde Martos, Remei Mut, Àngela Sorribes y Gloria Blanco, ayer. - JORDI ECHEVARRIA
La residencia Caser Residencial de Lleida cuenta entre sus usuarios con cinco mujeres centenarias. Acompañadas por sus familias, explicaron ayer que el trabajo y la familia han sido pilares fundamentales de sus vidas. En las dos últimas décadas, la cifra de residentes con 100 años o más se ha multiplicado por cuatro en las comarcas leridanas.
La ciencia sigue investigando el secreto de la longevidad en una época con cifras récord de centenarios en las comarcas leridanas. En la residencia Caser Residencial de Lleida, en el barrio de Balàfia, viven cinco mujeres que entre todas suman un total de 504 años. Su secreto pasa por el trabajo, una buena alimentación, una vida tranquila y la familia, según explicaron ellas mismas ayer a SEGRE. Desde el centro señalaron que nunca habían tenido tantos residentes centenarios que coincidieran al mismo tiempo. “Son estupendas”, resumió su director, Roberto Peón.
Gloria Blanco es la más veterana, con 102 años. Originaria de Zamora, llegó en los años 50 a Lleida para hacer las oposiciones de maestra y aquí se quedó. En la capital leridana conoció a su marido, también profesor. “Me encantaba ver llegar a los niños, con la carita que ponían, y me gustaba enseñarles”, explicó. Dejó huella en muchos de ellos, como explicó su sobrina, tanto que hace poco antiguas alumnas de la Partida de Rufea la visitaron en la residencia. Con 101 años, Ramona Mir, de la partida de Rufea, relató que “he trabajado siempre de payesa, como mis padres, un trabajo duro, pero que hacía a gusto”. “Es bonito cuando ves crecer las plantas y maduran los melones y las sandías”, añadió.
Su hija, de 82 años, explica que el secreto de su madre siempre ha sido “comer y dormir bien” y que nunca ha estado enferma. De la misma edad, Remei Mut opinó que la familia ha sido lo más importante para ella. También el trabajo, como modista, tanto que confesó que “echo de menos coser, porque ahora ya no puedo”. Una pasión que comparte con su amiga Àngela Sorribes, de 100 años, de quien su hijo destacó que “es una mujer muy sensible y muy fuerte”. Àngela, que siempre ha vivido en Lleida a excepción de unos años que pasó en Vilanova i la Geltrú durante la Guerra Civil, empezó a trabajar de muy joven y cuidó de sus hermanos cuando murieron sus padres. Vivió sola hasta los 95 años. “He tenido muy buenas amistades y he querido mucho”, destacó.
La más joven del grupo es Clotilde Martos, que esta semana ha cumplido los 100. De Jaén, se trasladó a la Val d’Aran con su marido y formó una gran familia, con 7 hijos, 13 nietos, 7 bisnietos y una tataranieta. “Tenía que haber sido dibujante, porque el dibujo me encanta”, añadió. Dos de sus hijas y una nieta destacaron que nunca ha tomado medicación y que de un resfriado, se curaba en un día. “Comía lo que me apetecía, sobre todo, pescado, que me gusta mucho”, dijo. Sobre el secreto de su larga vida, zanjó divertida que “ninguno”.
La cifra de centenarios se ha multiplicado por cuatro en 20 años
Las comarcas leridanas han registrado en lo que va de año la cifra récord de centenarios. Según los últimos datos del INE, con cifras provisionales de la Estadística Continua de Población, en julio de 2025 había un total de 214 residentes en la provincia que tenían 100 años o más. De estos, 168 eran mujeres. La cifra de centenarios aumenta año tras año, según las estadísticas. Si se compara con el mismo periodo de 2005, se ha multiplicado por cuatro. Más allá de la alimentación, la genética y los estilos de vida, muchos apuntan a la capacidad de adaptación para afrontar los cambios y los retos de la vida entre los factores que contribuyen a esta longevidad.