El multilingüismo reduce el envejecimiento acelerado, según un estudio internacional
Una investigación con más de 86.000 personas de 27 países europeos confirma que hablar varios idiomas está asociado con perfiles de salud más positivos

Valentin Balan / Unsplash
Los hablantes de varias lenguas presentan un menor riesgo de envejecimiento acelerado y mayor resiliencia en edades avanzadas, según revela un macroestudio internacional publicado recientemente a la prestigiosa revista Nature Aging. La investigación, que ha analizado datos de más de 86.000 participantes de entre 51 y 90 años procedentes de 27 países europeos, establece una clara asociación entre el multilingüismo y perfiles de salud más positivos en las personas mayores.
El estudio, que cuenta con participación de investigadores del Estado español y europeos, ha utilizado un innovador método para estimar la "edad biológica" de los participantes basándose en múltiples factores de salud y estilo de vida. Los resultados obtenidos podrían servir como base sólida para el diseño de políticas educativas y sanitarias orientadas a fomentar la resiliencia cognitiva y funcional en la población de edad avanzada, aunque los expertos advierten que todavía no se ha podido establecer una relación causal directa.
Jon Andoni Duñabeitia, catedrático de Psicología e investigador en Ciencia Cognitiva del Lenguaje en la Universidad de Nebrija, ha destacado que "este estudio es sólido y altamente relevante", ya que aporta evidencia empírica convincente sobre una línea de investigación que hace más de una década que ocupa numerosos laboratorios internacionales. Según Duñabeitia, hablar varias lenguas no sólo influye en los procesos cognitivos, sino que también tiene un impacto positivo en la salud general y en el ritmo de envejecimiento.
Multilingüismo: un factor protector comparable a otros hábitos saludables
Los investigadores han observado que las personas multilingües tienden a presentar perfiles de envejecimiento más saludables, un efecto comparable al de otros hábitos positivos como mantener una dieta equilibrada o hacer actividad física regularmente. Duñabeitia ha remarcado la importancia de la magnitud del estudio, que incluye decenas de miles de participantes, y ha destacado que esta confirmación empírica consolida el multilingüismo como un factor protector.
El experto también ha recordado que, a escala global, el monolingüismo es una excepción reciente, ya que en la mayoría de sociedades del mundo, el uso cotidiano de varias lenguas es natural y podría contribuir a un envejecimiento más saludable.
Próximos pasos en la investigación
A pesar de los resultados prometedores, Duñabeitia advierte que el trabajo no permite establecer una causalidad directa: no se puede afirmar que hablar varias lenguas retrase el envejecimiento, pero sí que las personas que lo hacen muestran un mejor estado de salud y una mayor longevidad funcional.
El próximo paso en esta línea de investigación será determinar qué aspectos específicos del uso lingüístico aportan más beneficios —como la frecuencia de uso, el contexto comunicativo, la proximidad o diferencia entre lenguas o el momento en que se aprenden— para transformar esta evidencia en políticas efectivas de bienestar y salud pública.
"Este nivel de detalle será clave para reconocer el valor del multilingüismo como recurso de salud y bienestar", ha concluido Duñabeitia, subrayando la importancia de esta línea de investigación para las políticas sanitarias futuras en una Europa cada vez más envejecida.