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RECONOCIMIENTOS

Ànima para las mujeres afganas en lucha

Mollerussa entrega el premio a la activista Zuhal Sherzad, que lo dedicó a las que trabajan para recuperar sus derechos. Segundo galardón a Imma Guixé por sus 20 años de cooperación

Los galardonados, junto al jurado y miembros del ayuntamiento de Mollerussa. - J.GÓMEZ

Los galardonados, junto al jurado y miembros del ayuntamiento de Mollerussa. - J.GÓMEZ

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“Este premio no es solo para mí, es para todas las mujeres afganas”, afirmó ayer Zuhal Sherzad al recoger el Reconeixement Ànima Abba Melaku en Mollerussa. La activista explicó que aceptaba el galardón en nombre de las miles de mujeres que “siguen resistiendo y luchando para recuperar sus derechos” pese a la persecución y las restricciones del régimen talibán. Sherzad recordó que Afganistán vive “un momento crucial de la historia” en el que las mujeres no tienen acceso ni siquiera a sus derechos más básicos: se les prohíbe estudiar y trabajar, se les niega el derecho a participar en la vida pública o a formar parte de los espacios de decisión, y ni siquiera pueden mostrar libremente su voz y su rostro. Muchas sufren graves problemas económicos, educativos y de salud mental, y se ven empujadas hacia el matrimonio infantil.

Frente a este contexto, Sherzad subrayó que las mujeres afganas no quieren ser vistas solo como víctimas, sino como parte de “una resistencia” y como “guerreras”. Explicó que, a través de una red de escuelas clandestinas y espacios seguros activa en siete provincias y que llega ya a miles de mujeres y niñas, trabajan para ofrecer educación, apoyo psicológico y cierta estabilidad económica.

La segunda homenajeada fue la cooperante catalana Imma Guixé, reconocida de manera excepcional con un segundo Reconeixement Ànima Abba Melaku por sus más de veinte años de trabajo en cooperación, especialmente en Etiopía, donde ha contribuido a reforzar el acuerdo de paz entre el gobierno de aquel país y las autoridades de la región del Tigray, territorio donde opera el Centre d’Iniciatives Solidàries (CIS) Ángel Olaran. “Gracias su labor, la gente conoce la realidad de Etiopía y la apoya”, remarcó. Guixé recordó que hace unos tres años se firmó en Tigray un acuerdo de paz, pero advirtió que “un acuerdo de paz no significa necesariamente que haya paz”. Alertó, además, de los fuertes recortes en ayuda humanitaria de los últimos años a escala internacional. La Vetllada Solidària, impulsada por el ayuntamiento de Mollerussa y el CIS Ángel Olaran, volvió a reunir al tejido social de la ciudad con el objetivo de visibilizar proyectos de paz. En la velada también se premió la solidaridad local.

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