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Veinticinco juguetes antiguos de la histórica tienda 'Lo Baratillo' de Lleida ya se exhiben en el Casino
El edificio habilitará un espacio para recordar la colección

Joguets històrics de Lo Baratillo, a l’aparador del Casino. - JORDI ECHEVARRIA
Lo Baratillo dio ayer un paso más para su anhelada ‘resurrección’. El histórico y singular comercio de juguetes de la calle Major de Lleida, que cerró sus puertas hace casi cincuenta años, puede ‘visitarse’ hasta el 1 de febrero en la sala de exposiciones municipal de Lleida, en Blondel, en los bajos del edificio del Casino Principal. En realidad, la exposición solo exhibe unas 25 piezas de las más de tres mil que conserva como un auténtico tesoro Manel Gigó, que lleva décadas con una ilusión entre ceja y ceja: abrir un museo en Lleida para que todo este patrimonio que guarda en decenas de cajas en un almacén no se pierda.
La exposición, que estrenó el alcalde, Fèlix Larrosa, supone pues una ‘degustación’ de la memoria más sentimental de la ciudad en el siglo XX. Larrosa aseguró que es un paso más en la recuperación de esta colección, en el marco del proyecto de transformación del Casino en la casa del comercio y el turismo de Lleida. Así, el alcalde señaló que “el edificio contará con un espacio estable que permitirá ir mostrando la colección de juguetes de una forma periódica”, y recordar de esta manera cómo eran los juguetes antes de la invasión del audiovisual.

Manel Gigó, propietari de la col·lecció de Lo Baratillo, ahir amb Fèlix Larrosa i Camil·la Minguell. - JORDI ECHEVARRIA
El pasado mes de julio se estrenó en la escalera del Casino un mural con fotografías de la fachada de Lo Baratillo, como recordó Camil·la Minguell, técnica de la concejalía de Cultura, que destacó las imágenes históricas obra de los fotógrafos Ton Sirera y Josep Gómez-Vidal. Ahora, protegidos tras una gran vitrina a modo de escaparate de la tienda, el público puede disfrutar de diversos juguetes icónicos: dos organillos restaurados (de los seis que conserva Gigó) que, dándoles a la manivela, hacían las delicias de los más pequeños a la entrada del establecimiento; el gran rey mago en forma de buzón en el que los niños echaban sus cartas de Reyes; o un teatrillo de marionetas original de Hertha Frankel, una de las artistas más populares en la España de los sesenta y principios de los setenta gracias a sus programas infantiles en TVE. Junto a estos tesoros, también juguetes de cartón y madera; cajas de los populares Juegos Reunidos Geyper y del aún más famoso Tren Payá; o figuritas inspiradas en los personajes de la Familia Telerín, que cada noche invitaba desde la televisión a los niños a acostarse.
“Son juguetes que ilusionaron en Lleida a muchas generaciones desde Lo Baratillo, un referente de la ciudad durante décadas”, añadió Gigó.