Afra Pascual, experta en usabilidad: "El 90% de las webs presentan problemas de accesibilidad"
"Una web accesible es la que no pone barreras y permite a todo el mundo informarse con la misma facilidad" y "la tecnología accesible puede marcar la diferencia".

Afra Pascual, en una imatge recent a la Universitat de Lleida
La nueva ley europea obligará a revisar y mejorar progresivamente webs, aplicaciones y documentos digitales. El resultado será una internet más justa, usable e inclusiva. Todo el mundo tiene el mismo derecho para acceder a la tecnología.
AFRA PASCUAL ALMENARA es profesora del Grado en Diseño Digital y Nuevas Tecnologías de la UdL e investigadora en accesibilidad digital. Ha centrado su investigación en cómo eliminar barreras digitales y diseñar experiencias inclusivas. Destaca la importancia de la tecnología accesible y de la legislación actual para garantizar que todo el mundo pueda acceder a la web en igualdad de condiciones.
¿Cómo comenzó tu interés por la accesibilidad web?
Cuando estudiaba ingeniería informática, recuerdo la pasión con que Jesús Lorés hablaba de la interacción persona-ordenador. Siempre insistía que debían ser los ordenadores los que se adaptaran a las personas, y no al revés. Aquella idea me cautivó.
Mis primeros proyectos se centraban en la usabilidad, es decir, en hacer que la tecnología fuera sencilla y útil para todo el mundo. Pero el verdadero giro llegó durante el máster en Interacción Persona-Ordenador de la Universidad de Lleida. En una clase, un profesor nos preguntó: “¿Habéis pensado alguna vez si una persona ciega puede utilizar un ordenador?”
Yo, convencida, respondí que era imposible. Pero él nos sorprendió explicando que tenía un campo de visión muy reducido, casi era ciego, y que aun así podía desarrollar su trabajo como cualquier otro gracias a las herramientas asistenciales. Su comentario todavía me resuena: “Si los contenidos digitales no están preparados, estas herramientas no sirven de nada.”
Aquel momento fue un punto de inflexión: comprendí hasta qué punto las personas con discapacidad son vulnerables, pero también cómo la tecnología accesible puede marcar la diferencia entre poder o no poder realizar actividades cotidianas, como hacer un trámite en línea, leer el diario digital o simplemente comunicarse con alguien por correo electrónico.
Y tuve mucha suerte, poco después me otorgaron una beca de investigación para hacer el doctorado en accesibilidad digital. Fueron cuatro años intensos de investigación y, sobre todo, de aprendizaje al lado de usuarios con discapacidad. Conocí cómo cada colectivo utilizaba la tecnología para acceder a la web, empaticé con sus dificultades e intenté traducir todo aquel conocimiento en propuestas concretas que ayudaran a construir una web más inclusiva y accesible.
¿Qué quiere decir realmente que una web sea accesible?
Una web accesible es aquella que puede ser utilizada por cualquier persona, independientemente de sus capacidades físicas, sensoriales o cognitivas.
Pero la accesibilidad no beneficia solo a las personas con discapacidad. Todos hacemos uso de ella en algún momento: cuando vemos un vídeo con subtítulos en un entorno ruidoso, cuando utilizamos un asistente de voz para buscar información sin tener que tocar el dispositivo, cuando leemos un texto con una tipografía adecuada, con buen contraste y estructura clara que facilita la lectura rápida, cuando consultamos transcripciones de audio o podcasts, que permiten leer el contenido en transporte público o en la oficina, cuando navegamos por webs con diseño responsive y adaptable que se ajustan a cualquier dispositivo, o cuando completamos formularios con instrucciones claras y validaciones que facilitan hacerlo correctamente, evitando errores frustrantes y pérdidas de tiempo.
En definitiva, una web accesible es la que no pone barreras y permite a todo el mundo informarse, comprar, hacer trámites o leer una noticia con la misma facilidad.
¿Y cómo se hace para que una web sea accesible?
Internet ya tiene unas directrices muy claras: las pautas internacionales WCAG (Web Content Accessibility Guidelines), elaboradas por el consorcio internacional W3C, el organismo que fija todos los estándares de la web. Las pautas WCAG son un manual detallado que explica cómo diseñar y programar contenido digital para que cualquier persona pueda utilizar la web sin problemas.
Además, a escala internacional hay regulaciones en diversos países. Por ejemplo, en Europa disponemos de la Ley Europea de Accesibilidad, que obliga a los estados miembros a garantizar que webs, aplicaciones y documentos digitales cumplan estos criterios. Cada país la debe incorporar a su legislación; y en el caso de España, es a través de la Ley 11/2023.
Aun así, la realidad es muy preocupante: el 90% de las webs presentan problemas de accesibilidad. Los más frecuentes son textos con poco contraste, imágenes sin descripciones, formularios sin etiquetas o enlaces y botones sin nombre accesible. Barreras que pueden impedir que una parte de la población acceda de forma adecuada. Recordamos que entre un 15 y un 20% de la ciudadanía tiene algún tipo de discapacidad.
¿Por qué es tan importante la legislación de accesibilidad digital?
La nueva ley europea obligará a revisar y mejorar progresivamente webs, aplicaciones y documentos digitales. El resultado será una internet más justa, usable e inclusiva. Todo el mundo tiene el mismo derecho para acceder a la tecnología.