GANADERÍA MERCADOS Y CONSUMO
El ministro Garzón irrita a los ganaderos al pedir que se consuma menos carne
Organizaciones sectoriales y agrarias le acusan de difundir falsedades y criminalizar la actividad||El ministro de Consumo dice que “perjudica a la salud y al planeta”
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha puesto en pie de guerra a todos los sectores ganaderos después de que recomendara ayer reducir el consumo de carne porque “perjudica a la salud y al planeta”. Dijo que el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero proviene de la ganadería, especialmente de las macrogranjas, y que para producir un kilo de carne de vaca se requieren 15.000 litros de agua. “Sin planeta no tenemos vida, ni salarios ni economía, y nos lo estamos cargando”, afirmó.
En un vídeo en Twitter bajo la etiqueta ‘#MenosCarneMásVida’, afirma que si los españoles redujeran el consumo de carne hasta los niveles recomendados por la ciencia, “se evitarían el 50% de las emisiones de gases invernadero asociadas a la alimentación y el 20% de las muertes prematuras”.
El sector del porcino ha vivido dos años excepcionalmente buenos, en 2019 y 2020, por la demanda china. Este año incluso se han llegado a precios históricos de 1,553 euros el kilo vivo en la tablilla de Mercolleida. Pero ahora, ha saltado la alarma entre los productores porque el parón en la importación china se está traduciendo en una caída de precios. Así lo explicó ayer el responsable del sector porcino de Unió de Pagesos, Rossend Saltiveri, tras hacer balance del el primer semestre de este año.
El precio medio en la lonja leridana se ha situado en 1,32 euros. Los costes han evolucionado al alza, por el encarecimiento de los piensos, y se han situado en torno a los 1,21 euros. Según los cálculos de UP, el beneficio por cerdo cebado ha sido de unos 10 euros, unas ganancias que se ponen en cuestión de cara al futuro. Confía en la recuperación de la demanda China, que ha llegado a absorber el 55% de las exportaciones de porcino de todo el Estado.
El 75% de las granjas están integradas. Llegan al 90% en engordes y al 40% en reproductoras
Los ganaderos soportan además, según el sindicato, el incremento de costes para adaptarse a las nuevas exigencias normativas en seguridad alimentaria, medio ambiente, sanidad y bienestar animal, recogidas, especialmente, en el decreto de fertilización del Govern, y el decreto de ordenación Ganadera de ámbito estatal. Son unas exigencias que no deben cumplir otros países y por ello los ganaderos consideran que la importación de sus productos se convierten en competencia desleal.
Rossend Saltiveri explicó también que en cinco años Catalunya ha perdido el 12% de granjas de cerdas, “aunque el número de reproductoras se mantenga estable” por ampliación de explotaciones, y remarcó que el objetivo es incentivar la producción para reducir riesgos sanitarios con las importaciones.
Se ha pasado de un promedio de 700.000 a 800.000 animales importados al año a 2,8 millones, con el riesgo sanitario que supone. Rossend Saltiveri insistió en las nefastas consecuencias que podría conllevar que se registraran casos de peste en Catalunya o España.
Recordó que Bélgica ha estado dos años con los mercados de exportación cerrados y que ahora es Alemania la que sufre el veto a sus productos fuera de la UE.