La demanda de agua de riego se incrementó un 25% durante las olas de calor

La demanda de agua de riego incrementó un 25% respecto de lo habitual durante las olas de calor de este 2022, según datos del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), que alerta de la necesidad del sector agroalimentario de introducir cambios a la manera de producir para afrontar el cambio climático, ya sean utilizar métodos más eficientes de agua, cambios al podar o introducir variedades que se adapten mejor, entre otros. Esta falta de lluvias y la sequía han centrado la mesa que el IRTA ha celebrado este viernes en Lleida con diferentes representantes institucionales y de los agentes económicos de las Terres de Ponent i del Pirineu con el objetivo de acercar la actividad del Instituto al territorio y recoger las inquietudes.

La jornada ha abordado las afectaciones que la sequía ha tenido en el territorio y también ha tratado los retos que los agricultores tienen de cara a las próximas campañas, después de que la falta de lluvias de este año haya obligado a los productores a restringir y disminuir las dotaciones de agua para poder acabar la campaña de regadío.

El delegado institucional del IRTA en Lleida, Joan Girona, ha asegurado que el sector agroalimentario se tiene que adaptar a nivel productivo para poder seguir cultivando las variedades que produce actualmente y, por otra parte, ha dicho que también habrá que introducir variedades y especies que se adapten mejor al cambio climático.

Por ejemplo, algunos de los cambios en los que trabaja el IRTA pasan por la búsqueda de nuevas variedades de cereales, estrategias de riego para hacer un uso más eficiente del agua, o nuevos porta esquejes de árboles frutales. Otros cambios, ha añadido Girona, pasan por estudiar los métodos de poda o el papel de las mallas protectoras para evitar que los cultivos se calienten.

Sea como sea, Girona ha remarcado que hace falta un cambio ya que si se continúa como hasta ahora, "la situación es inviable". En este sentido, ha explicado que durante el verano ha habido un 15% más de demanda de agua de riego respecto de la media de los últimos cinco años y, que en el caso de los episodios de calor intenso, el incremento ha sido del 25%, "una bestialidad". "Tendremos menos agua, ya que si sigue este clima las demandas de agua incrementarán y eso nos obliga a hacer las cosas de manera diferente", ha afirmado. Además, ha alertado de que las previsiones para el año que viene "no pintan muy bien".