Lleida, a la búsqueda de mujeres del mundo rural para luchar contra el “agropatriarcado”

“Cuando trabajaba en una granja de cerdos, me di cuenta de que mientras que el sector ha evolucionado mucho en los últimos años, una cosa tan simple como es un mono de trabajo no lo ha hecho y siempre ha sido pensado para los hombres”, explica Sònia Morell, ganadera y estilista de Golmés, que añadió que “junto a una amiga ganadera decidimos crear un modelo para mujer, y es aquí donde nació la marca textil Monoa”. Morell es una de las cuatro mujeres que ayer dieron a conocer su proyecto de vida en la Fira de Sant Miquel, en el estand del departamento de Acción Climática, en el marco del proyecto Lleida, terra de dones transformadores. Se trata de una iniciativa impulsada por la Generalitat cuyo fin es, como publicó SEGRE el pasado martes, visibilizar e impulsar la transformación feminista en el entorno rural de las comarcas de Ponent, que aglutina el 80% de los municipios con menos de 2.000 habitantes de Catalunya, con el fin de combatir el “agropatriarcado”, es decir, la doble discriminación por ser “mujeres de pueblo”, según la antropóloga Montse Soronellas.

La delegada del Govern en Lleida, Montse Bergés, explicó que, en los próximos meses, un plató recorrerá Ponent para retratar testimonios de mujeres que, con su acción cotidiana, detectan carencias e intentan superarlas en cualquiera de los ámbitos agrícola, cultural, social o tecnológico. La acción culminará con una exposición en la que se mostrará todo lo que está pasando en Lleida, con el fin de hacerlo extensivo al resto del mundo rural. La iniciativa cuenta ya con una docena de perfiles muy variados, entre los que se encuentran Maite Sainz, especialista en arquitectura de tierra de Els Alamús; Eva Bonet, enóloga de L’Ametlla de Segarra; Gemma Llanes, agricultora regenerativa de Ivars d’Urgell o Marta Rallo, antropóloga sociocultural de Coscó, entre otras.