Un estudio avala la futura planta de gasificación de Juneda
El informe, encargado por los responsables del proyecto, señala que hay que reducir la presencia de nitratos en el agua

El presidente de Gestión Ganadera de Ponente (GAP), Eduard Cau, ha defendido el proyecto.
La futura planta de gasificación de Tracjusa, en Juneda, ha recibido el aval ambiental necesario para avanzar con el proyecto. Un informe elaborado por la consultora ERF-WATTEGA, encargado por la cooperativa Gestión Ganadera de Ponent (GAP), concluye que la instalación cumple todos los requisitos ambientales y de salud pública exigidos. El análisis también pone de manifiesto la buena calidad del aire en la comarca y señala la necesidad de reducir la presencia de nitratos en el agua, especialmente en las subterráneas, a causa de la acumulación de purines, según ha explicado el consultor Ivan Capdevila.
Los resultados del estudio, presentados este viernes, indican que la calidad del aire en las Garrigues es buena y que los nuevos requisitos derivados de la autorización ambiental de la Generalitat han conseguido que las emisiones y el impacto de la Nueva Tracjusa sean más bajos que los previstos al proyecto original de 2016. Para elaborar el informe se han analizado los datos recogidos entre 2014 y 2023 por la estación de vigilancia de Juneda, confirmando que los niveles de dióxido de nitrógeno y de ozono troposférico se mantienen por debajo de los límites legales.
Otro punto destacado del estudio es la ausencia de correlación entre la actividad de Tracjusa y los niveles de contaminación atmosférica registrados en los últimos años. Capdevila ha señalado que durante los periodos en que la planta dejó de funcionar (2014, 2017 y 2022) no se observó ninguna mejora significativa en la calidad del aire, desmintiendo así algunas preocupaciones vecinales.
Funcionamiento previsto por principios de 2027
Tracjusa inició la semana pasada las obras de la nueva planta de gasificación, que tiene prevista su entrada en funcionamiento a principios de 2027. La nueva instalación sustituirá el uso actual de gas natural por la gasificación de combustibles derivados de residuos (CSR), tratante hasta 45.000 toneladas anuales de estos materiales provenientes de la recogida doméstica y que actualmente son procesados en plantas de selección de toda Cataluña.
Eduard Cau, presidente de GAP, ha defendido firmemente el proyecto y ha explicado que el estudio busca aportar datos objetivos para contrarrestar ciertos debates que, según él, se han caracterizado por "poco rigor" y "cierta demagogia". Los impulsores han detallado que el producto que se utilizará, similar a un "pellet", provendrá de las plantas de Constantí y Alguaire.
Con la nueva planta, GAP pretende incrementar la producción de biogás y fertilizantes, llegando a las 18.000 toneladas anuales de este último. Para alcanzar este hito, se tratarán 145.000 toneladas al año de purines (que representará un 60% del total) junto con otros residuos orgánicos de la industria agroalimentaria local.
Cau ha explicado que el incremento en la producción de biogás será clave para garantizar "la sostenibilidad económica del nuevo modelo". En los últimos ejercicios, Tracjusa ha desembolsado 3,3 millones de euros en la compra de derechos de emisión de CO2, una situación que cambiará radicalmente con el proyecto de gasificación. De los 5 millones de euros de ingresos previstos con la nueva planta, 1,5 millones corresponderán al valor del metano y los 3,5 millones restantes en venta de derechos de emisión, convirtiéndose esta última en la principal fuente de ingresos de la instalación.