AGRICULTURA
UP carga contra la distribución por la caída del precio de la fruta pese a la menor cosecha
Tras una campaña marcada por los daños del pedrisco y las mermas por enfermedades vegetales. Asegura que el payés tiene dificultades para combatir estas últimas por “la falta de fitosanitarios”

Jaume Gardeñes, responsable de Sectores Agrícolas de UP, ayer junto con Narcís Poch. - J. MARTÍNEZ
El sindicato agrario Unió de Pagesos (UP) hizo ayer balance de la presente campaña de la fruta, a la que le queda aún cosechas de manzanas tardías como la Pink Lady, denunciando que la bajada del precio del melocotón y la nectarina registrada a partir de la segunda semana de agosto no responde a una cuestión de oferta y demanda, sino a una “estrategia” de la gran distribución, agravada por una reducción del consumo en el centro de Europa debido a la llegada prematura del frío. Todo ello, según UP, pese a que la producción ha sido inferior a la del año pasado en el conjunto de Catalunya y también en el conjunto del continente.
El responsable de fruta dulce del sindicato, Narcís Poch, constató una caída generalizada de la producción respecto a 2024, con la única excepción de la pera. Las tormentas de piedra, las heladas puntuales, los problemas de floración y la propagación de enfermedades han marcado el resultado final. En total, cerca de una veintena de granizadas han afectado más de 5.600 hectáreas de frutales en el llano de Lleida, siendo la fruta de hueso la más castigada por estas tormentas.
Mientras, la pera ha sido la única fruta que ha recuperado rendimiento respecto a la campaña anterior, aunque con calibres entre 5 y 10 milímetros inferiores por las dos olas de calor del verano, según el sindicato.
Poch dijo que hasta la primera semana de agosto, el precio se había ido adecuando a la realidad productiva de la campaña. Así, la falta de rendimiento entre un 10 y un 40% en melocotones y nectarinas tempranos se vio compensada por un incremento del precio, pero al llegar la segunda quincena de agosto se desplomó.
En este sentido, recordó el gran peso de las cadenas comerciales de gran distribución, por la alta cuota de mercado que representan, a la hora de acondicionar el precio en origen, especialmente en productos tan perecederos como la fruta de verano.
Por otra parte, Poch expuso que el sector tiene dificultades para combatir enfermedades por “la falta de fitosanitarios” y apuntó que el gobierno español debería replantearse si vuelve a permitir el uso de algunos productos que se han retirado o restringido.
“No puede ser que las producciones se mantengan en caída y perdamos cada año potencial productivo, porque esto hará tambalear el sector y la payesía que hay detrás”, denunció el responsable de UP.
Malestar por la “criminalización” social del sector agrario
UP denunció la “presión social” contra la payesía, que considera que está “criminalizada” y “perseguida” por la gestión que hace de los temporeros. Poch lamentó la muerte de un trabajador este verano en Torres de Segre a causa de un golpe de calor, pero defendió que el pequeño productor “hace bien las cosas” y que son los grandes grupos empresariales “los que hacen mal uso de los trabajadores o contratan a la gente a través de empresas de trabajo temporal”. Además, criticó un exceso de presión de las inspecciones administrativas durante la cosecha. Apuntó que en 2024 se realizaron más de 500 inspecciones laborales en los campos, pero que menos del 1% acabaron con sanción. Según Poch, la mayoría se debían a problemas en el registro de la jornada laboral, pero no estuvieron vinculadas “ni a tener mal a los trabajadores, ni a faltas de horario, ni a pagar de menos, como se nos suele recriminar”.