Exculpan al centro Sant Joan de Déu de la desaparición de un interno

El juzgado de Instrucción número 4 de Lleida ha archivado la denuncia presentada contra el centro asistencial Sant Joan de Déu de Almacelles por la desaparición de Joan Altisent Valls, un vecino de Anglesola de 48 años con un 85 por ciento de discapacidad intelectual que fue hallado muerto días después de que se fuera de este centro, en el que estaba internado, sin que lo detectaran sus responsables el 22 de diciembre de 2015. El juez ha dictado un auto en el que archiva la denuncia afirmando que “no existen indicios sólidos y suficientes de que por ninguna de las personas que figuran como investigados, ni por ninguna otra, se haya cometido una imprudencia o negligencia grave penalmente reprochable”. La familia de Altisent explicó ayer que recurrirán esta decisión, primero ante el mismo juez y, en el supuesto de que este mantenga el archivo, ante la Audiencia Provincial.

El auto judicial explica que la familia de Altisent denunció un supuesto delito de imprudencia grave profesional son resultado de muerte “por no haberse cumplido las obligaciones legales asumidas por el centro en relación con la atención, control y seguridad” del interno, según se especificaba en la denuncia, en la que se alegaba que este era “una persona con discapacidad intelectual del 85% que se desorientaba fácilmente, por lo que era previsible que pudiera perderse y/o escaparse con facilidad”. Este argumento alegado por los denunciantes es rechazado por el juez instructor en el auto de archivo argumentando que, “si bien cabía la posibilidad” de que el interno “se desorientara y perdiera dentro del edificio donde se encuentra la residencia o incluso dentro de las instalaciones del centro asistencial, no era en absoluto previsible la salida del perímetro del centro en las circunstancias en que se produjo, por lo que no cabe hablar de omisión de las más elementales normas de precaución o de una vulneración clara y flagrante del deber objetivo de cuidado que incumbía a los responsables del centro”. El juez también exculpa a la residencia de no controlar la puerta por la que salió Altisent afirmando que la responsabilidad de esta puerta era de un centro de trabajo adyacente.

La familia Altisent se mostró ayer indignada por esta decisión y molesta por un comunicado que hizo el centro “sin esperar a que el archivo sea definitivo”, ya que lo recurrirán.