Rechazan por riesgo geológico 3 trazados para la carretera entre Sant Esteve y Castell de Mur

La inestabilidad del suelo ha obligado a la Diputación descartar tres proyectos en el último año y medio para dar un nuevo trazado a su carretera entre Castell de Mur y Sant Esteve de la Sarga (LV-9124). Informes del Institut Cartogràfic y Geológic han advertido del riesgo geológico en el tramo de 6 kilómetros comprendido entre los pueblos de Guàrdia de Noguera y Moror, una zona que ha sufrido varios desprendimientos. Uno de ellos costó la vida a dos personas en 2018 (ver desglose).

La Diputación busca un trazado alternativo de 6 kilómetros que aleje los vehículos de las zonas con más riesgo de desprendimientos. Sin embargo, inestabilidad del suelo, vertientes peligrosas y riesgo geológico de la zona han obligado a desechar las diferentes propuestas formuladas hasta ahora. El diputado de Vías y Obras, Marc Baró, destacó la dificultad de “encajar” un recorrido seguro con los riesgos de la zona.

Apuntó que el proyecto, que redactan los servicios técnicos de la Diputación, contempla también tramos “seguros” de la carretera como la variante de 400 metros que se construyó en 2020 y que transcurre paralela a la LV-9124. Pese a ello, “en otros puntos hubo problemas como vertientes muy altas que no se ajustan a la normativa de Carreteras o suelo inestable que no soportaría la nueva vía”. Añadió que el objetivo de esta variante es garantizar la seguridad viaria y la estabilidad de la carretera.

Según Baró, todo ello ha retrasado las obras más de un año y medio, aunque en un par de meses se prevé validar el proyecto definitivo que “cuenta con el aval de los geólogos, el territorio y los servicios técnicos”. Añadió que la variante es una prioridad para la corporación y “hay voluntad en ejecutar las obras lo antes posible, pero debe primar la seguridad”, dijo.

Una vía peligrosa con un alto riesgo de caída de piedras y rocas

El nuevo trazado de la carretera LV-9124 llega después de que se registraron varios desprendimientos de rocas a la calzada de esta carretera de la Diputación, que une Castell de Mur con Sant Esteve de la Sarga.

El último fue en verano de 2020 y volvió a cortar la vía durante unos meses. Fue cuando se construyó una variante de 400 metros, anulando el tramo antiguo para la circulación. Sin embargo, el más grave fue el que se cobró la vida de dos personas en abril de 2018.

Desde entonces, en todo el trayecto de Castell de Mur a Sant Esteve se han instalado sensores para alertar sobre posibles desprendimientos y anticiparse a los movimientos de la vía.