SUCESOS INVESTIGACIÓN
La macrorredada por marihuana en Ponent se salda con 33 investigados
La operación de los Mossos a finales de febrero finalizó con 20 detenidos, 7 ya en prisión || Diez 'cultivadores' vivían de forma permanente en las plantaciones

Agentes de los Mossos d’Esquadra en una de las plantaciones de marihuana desarticuladas.
La desarticulación de un grupo criminal especializado en los cultivos interiores de marihuana en diferentes comarcas de Ponent se saldó con la investigación de 33 personas así como una veintena de detenidos, de los que 7 ya han ingresado en prisión. Los Mossos d’Esquadra hicieron balance ayer de la operación que se llevó a cabo a finales del pasado mes de febrero y tras una investigación que se puso en marcha el año pasado tras tener conocimiento de un grupo muy activo y organizado establecido en las comarcas leridanas que traficaba con marihuana. El grupo, según los investigadores, gestionaba diferentes plantaciones en naves industriales, locales y domicilios.
Al frente de la organización había dos líderes, encargados del diseño de la estructura criminal, que pusieron en marcha gracias a la colaboración con otros dos hombres que actuaban como facilitadores, tanto de vehículos como de naves y domicilios. También les proporcionaban documentación necesaria para dar la apariencia de legalidad a su actividad. El siguiente escalafón del grupo criminal estaba integrado por los estructuristas o constructores.
Tenían un papel itinerante por las plantaciones, a las que abastecían de materiales para condicionar cada local o nave. La investigación también los sitúa en la función de empaquetadores de los cogollos secos, ya destinados a la venta. En este mismo nivel los agentes sitúan al electricista de la banda que, junto a su hijo, se encargaban del diseño y la puesta en funcionamiento de todo el aparato logístico y técnico de la parte eléctrica de cada instalación.
Como es habitual en esta actividad delictiva, la electricidad se obtenía de manera fraudulenta. Finalmente, los investigadores sitúan a los cultivadores, que eran personas venidas de países del Este, este caso de Albania, que vivían de forma permanente y encerrados en las plantaciones durante el tiempo que duraba la fase de producción, entre tres o cuatro meses. La investigación ha acreditado hasta 10 cultivadores repartidos en ocho plantaciones activas de marihuana donde vivían.
Los Mossos destacan de esta red que las plantaciones tenían menos plantas de las habituales, nunca más de 500, para reducir las pérdidas económicas en caso de una intervención policial. El 28 de febrero, la Policía catalana hizo 15 entradas y registros en naves industriales, locales y domicilios de Lleida, Bellvís (els Arcs), Tàrrega, Verdú, Guimerà, Artesa de Lleida, Torregrossa y Alfarràs. Se intervinieron cerca de 4.000 plantas de marihuana, 12 kilos secos de marihuana preparados para su distribución y 1.530 euros en efectivo.