SEGRE

EN JUEGO PARA LLEIDA

Mejorar la seguridad de la N-230: una vieja exigencia de seguridad

Descartada la autovía A-14 hasta Aran, toman fuerza otras propuestas para mejorar la N-230, la tercera carretera con más riesgo de España y objeto durante décadas de reivindicaciones para ganar seguridad.

La carretera N-230 a su paso por Alfarràs.

La carretera N-230 a su paso por Alfarràs.ITMAR FABREGAT

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Mejorar la seguridad de la N-230 es una reivindicación que Lleida mantienne desde hace décadas ante el Estado, ya sea ante Gobiernos socialistas como del PP. El informe EuroRAP la sitúa como la tercera carretera con más riesgo de España, con 29 muertos en los últimos 10 años y un trazado que complica los adelantamientos. Es una ruta muy usada para el transporte de mercancías y que sostiene un tráfico especialmente intenso en invierno, ya que por ella se accede a las estaciones de esquí de Boí Taüll y Baqueira Beret.

La legislatura acaba con un estudio en curso para reformarla entre Sopeira y el túnel de Vielha y el encargo esta misma semana para redactar el proyecto del tramo desde allí hasta la capital aranesa. La alta siniestralidad en la N-230 ha dado pie a un frente de instituciones leridanas, que incluye a las diputaciones de Lleida y Huesca, el Conselh Generau d’Aran y los municipios y consells de la Ribagorça catalana y aragonesa, entre otros. Reclaman al Estado acciones que mejoren la seguridad y faciliten la movilidad en este eje viario transfronterizo, pero también velan porque las soluciones que plantea la administración estatal se adapten a las necesidades de cada territorio que atraviesa la carretera (ver desglose).

El ambicioso proyecto que se planteó hace dos décadas para convertir la carretera nacional en autovía hasta Aran ha ido retrocediendo con el paso de los años, en favor de opciones con un coste e impacto ambiental menores. La actual A-14 tiene un trazado de 16 kilómetros entre Lleida y Alfarràs, y solo está previsto que sume seis más hasta el límite de la provincia de Huesca. Esta ampliación, que enlazará con la actual N-230, se encuentra en fase de estudio, para el que se han destinado 500.000 euros.

A partir de allí, está previsto acondicionar un tercer carril en la calzada para facilitar adelantamientos hasta Sopeira, un tramo de unos 83 kilómetros. Se trata del modelo denominado 2+1, que la Generalitat plantea también en algunas de sus carreteras en Lleida.El ministerio de Transportes se comprometió a licitar este año el proyecto para mejorar el tramo de 43,6 kilómetros entre el límite provincial de Huesca y Benabarre. En cuanto al tramo de 39 kilómetros desde esta última localidad hasta Sopeira, la inversión necesaria para acondicionarlo se estima en unos 65 millones de euros.

Paralelamente, se está elaborando el estudio para reformar los 40 kilómetros de la N-230 entre Sopeira y la boca sur del túnel de Vielha. Este tramo se considera el más complejo debido a su orografía de montaña, y en él se han registrado varios desprendimientos y accidentes en los últimos años. La reforma prevista supondrá una inversión de 381 millones y contempla construir siete nuevos túneles, 15 viaductos y una rotonda para acceder a la carretera de La Vall de Boí (L-500).

Asimismo, se añadirá un carril adicional en un tramo de seis kilómetros entre El Pont de Suert y Vilaller y otro para circular entre Estat y Bono, en el término municipal de Montanuy, además de una variante en Vilaller que ha suscitado opiniones dispares entre sus vecinos.Finalmente, el ministerio de Transportes ha adjudicado esta semana por 830.000 euros la redacción del proyecto para ampliar la plataforma de la N-230 e implantar carriles adicionales de adelantamiento en los seis kilómetros desde la boca norte del túnel de Velha hasta llegar a la capital aranesa.

Desde el recelo ante nuevas variantes hasta pedir cambios de trazado

La ampliación de la A-14, que supondrá eliminar la actual salida por la zona sur del pueblo de Alfarràs, pone en alerta a los vecinos del municipio Temen que la construcción de una variante reduzca drásticamente el paso de vehículos por su pueblo, lo que pone en riesgo parte de su actividad económica. Su alcalde, Joan Carles Garcia, cree que “cuanto más tarde el proyecto en llevarse a cabo, mejor, ya que ahora somos el primer municipio que encuentran los conductores al salir de la autovía y, sin este acceso, peligran pequeños comercios y restaurantes”. “Sería un golpe muy duro”, afirmó.

Por otra parte, en la Alta Ribagorça, el proyecto de la N-230 recibió una treintena de alegaciones durante la fase de exposición pública. El Pont de Suert entregó una docena, ocho de las cuales corresponden a la futura variante que contempla el proyecto. En la misma línea, Vilaller formalizó una quincena, con el fin de mejorar accesos a algunos de sus núcleos, entre otros motivos. 

Así las cosas, la nueva variante en Vilaller despierta también opiniones dispares entre sus vecinos. Coinciden en valorar que sacará los vehículos pesados de la población –que alcanzan a ser una tercera parte del tráfico diario–, pero hay quienes temen que habrá también menos conductores que paren en la localidad. Por otra parte, alcaldes de la zona afectada recuerdan que el proyecto es una demanda histórica y aseguran que, además de mejorar la actividad económica, ayudará también a fijar población en la zona.

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