La CHE da un año para desinfectar las barcas de Canelles y Santa Anna de mejillón cebra

La CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro) ha dado un año a los ayuntamientos ribereños de los embalses de Canelles y Santa Anna, en el Noguera Ribagorçana, para disponer de las estaciones de desinfección del mejillón cebra que permitan tratar las embarcaciones antes de introducirlas y tras extraerlas de los pantanos. La navegación sigue confinada en cada embalse, aunque se aleja el riesgo de las multas.

El organismo de cuenca se ha dirigido a los consistorios y a otras administraciones con competencias en turismo para comunicarles ese plazo, confirmaron fuentes municipales.

La decisión supone en la práctica un indulto para las actividades recreativas que se llevan a cabo en esos embalses. Y llega en vísperas del puente de Semana Santa, una de las etapas del año en las que suelen registrar uno de los picos de afluencia. La actividad náutica se mantiene desde el comienzo de la primavera hasta las primeras semanas del otono.

La campaña de detección precoz de mejillón cebra (Dreissena polymopha) en las masas de aguas superficiales de la cuenca del Ebro del año pasado hizo saltar la alarma en ambos embalses, ya que se confirmó tanto la “detección reiterada de larvas” en Canelles como la presencia de ejemplares adultos en Santa Anna.

Esa situación obliga a aplicar dos medidas de prevención: el confinamiento de la navegación en los dos embalses, lo que supone que las embarcaciones autorizadas a navegar en uno de ellos no puede ser utilizado en ningún otro del país, y la obligación de someter las barcas a desinfección antes de introducirlas y después de extraerlas para evitar la expansión. Esta segunda acción es obligatoria para todo tipo de embarcaciones, ya sean utilizadas por empresas o por particulares y con independencia de que su uso sea individual o colectivo. Ambas son sancionables en caso de infracción.

El objetivo de las desinfecciones, que suelen consistir en la limpieza de las barcas con agua clorada y/o ionizada y a presión (también se usan soluciones de bromo o de potasio), es evitar que las larvas se expandan por las conducciones domésticas si se limpian en casa.

Endesa abre al público cuatro centrales hidroeléctricas en el Pirineo

Endesa abre al público esta Semana Santa cuatro centrales hidroeléctricas del Pirineo de Lleida, una iniciativa que “permite a los visitantes adentrarse en las entrañas de la producción energética hidráulica”, según informó la compañía en un comnicado. Una de ellas es la central de Capdella, en la Vall Fosca, que fue en 1914 la primera gran instalación de este ámbito construida en Catalunya. Puede visitarse a través del Museu Hidroelèctric de Capdella. Otra es la de Talarn en el Pallars Jussà, cuyo recorrido incluye la visita a la sala de turbinas. 

En ella se encuentra en espacio La Central, que muestra la exposición El Pallars il·lumina Catalunya. La tercera es la de Camarasa, en la Noguera, levantada hace más de un siglo y cuyo edificio original acoge los conciertos del ciclo Música a Contracorrent. El Espai Orígens organiza visitas guiadas y actividades complementarias. Cierra el listado la planta de Tavascan, en el Pallars Sobirà, una instalacion subterránea que destaca por su integracion en el paisaje de montaña de la zona. 

La compañía eléctrica “facilita esta experiencia turística abriendo las instalaciones para que ayuntamientos y entidades locales puedan ofrecer actividades y visitas guiadas”, señala el comunicado. La empresa energética incluye entre las propuestas de carácter turístico vinculadas a sus operaciones las actividades de turismo de agua que se desarrollan en tramos de ríos cuyo caudal depende de las obras de regulación y/o las instalaciones eléctricas que gestiona en el Pirineo. 

Entre ellos se incluyen el Pallaresa entre Llavorsí y Sort, cuyo caudal se regula desde las centrales de Espot-Torrassa y Llavorsí; el Ribagorçana en El Pont de Suert, con tramos adaptados a los niveles de experiencia y vinculado al embalse de Baserca y a la central de Vilaller-Baliera, y, por último, el Garona en el área de Les, cuyo nivel de agua se asegura desde las centrales hidroeléctricas de Cledes y Bossòst. “El turismo hidráulico emerge con fuerza como una propuesta diferenciadora que fusiona elementos naturales, históricos, tecnológicos, deportivos y culturales”, señala Endesa.