Municipios estudian adaptar sus paneles solares para asegurarse luz en apagones

Una torre en el suelo de la línea de alta tensión entre Mangraners y Begues, que Red Eléctrica está repotenciando en el tramo de Les Borges. - AMADO FORROLLA
Municipios de Lleida estudian modificar las instalaciones de paneles solares para autoconsumo de energía que tienen en tejados de edificios públicos, para que también puedan suministrar electricidad durante apagones como el que dejó sin luz a toda la Península el lunes. Las actuales se desconectaron de forma automática cuando cayó la red eléctrica.
Los paneles solares en decenas de tejados de edificios públicos de Lleida dejaron de funcionar al mismo tiempo el lunes a mediodía, cuando tuvo lugar el histórico apagón en toda la Península Ibérica. Es parte del funcionamiento normal de la gran mayoría de las más de 9.600 instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo de energía de casas, empresas y entes públicos de toda la provincia. Su único propósito es reducir la factura de la luz, están conectadas a la red eléctrica como fuente de suministro complementario y se desconectan de ella cuando esta sufre incidencias. Esto último sucede también con las centrales fotovoltaicas construidas para la venta de electricidad. Ahora, varios ayuntamientos estudian modificar las suyas para que también puedan suministrar electricidad y garantizar servicios básicos en situaciones de emergencia.
“El apagón ha supuesto un cambio de mentalidad”, afirmó Omar Noumri, alcalde de Castelló de Farfanya, un municipio cuyos paneles solares abastecen tanto a edificios públicos como a 35 vecinos. El consistorio sopesa modificarlos para tener también electricidad en apagones. Esto, explicó Noumri, exigiría cambiar el inversor que convierte la corriente continua en alterna por otro capaz de “funcionar en isla”, al margen de la red. Este pueblo de la Noguera ya ha dado pasos en esta dirección: tiene una subvención para dotar de placas solares el bombeo que toma agua de un acuífero y llena el depósito municipal. “Ojalá la obra hubiera estado lista, sin electricidad para la bomba, el lunes casi nos quedamos sin agua”, dijo el alcalde.
El alcalde de Els Alamús, Toni Bosch, comprobó con sorpresa el lunes que las placas fotovoltaicas del polideportivo y el Casal dejaban de ser útiles al caer la red eléctrica. Ahora baraja complementarlas con baterías que permitan “poner en marcha el alumbrado o usar edificios municipales como refugio” ante un corte de luz prolongado.
También Bellpuig estudiará si sus placas solares pueden incorporar baterías para asegurarse luz en apagones. Sin embargo, espera desde hace cuatro años permisos para poner en marcha su instalación de autoconsumo compartido en el polideportivo y suministrar con ella a 4 edificios municipales.
Otros ayuntamientos descartan cambiar sus instalaciones solares, al considerar que el gran apagón fue un suceso excepcional. Es el caso de Golmés, si bien este pueblo vivió el lunes una peculiar experiencia de autosuficiencia energética. Su cementerio recibe la luz únicamente de placas solares con baterías, porque la red eléctrica no llega hasta allí. Durante el apagón, se convirtió en uno de los pocos lugares con suministro eléctrico y, según fuentes municipales, vecinos acudieron allí a cargar sus teléfonos móviles en los enchufes, informa J. Gómez.
Otros ayuntamientos optan por otras alternativas para asegurarse la luz. El de Tàrrega prevé aquirir generadores de gasóleo. La alcaldesa, Alba Pijuan, avanzó que serán tres: “uno para instalar un punto de atención ciudadana y los otros dos en Ràdio Tàrrega, uno para la emisora y el otro para el repetidor”, con el fin de informar a los vecinos. También Agramunt prevé comprar generadores para servicios básicos como el agua. El consistorio convocó el miércoles una reunión para mejorar la atención a la ciudadanía ante futuros cortes de luz.
La incertidumbre que todavía persiste sobre si un gran apagón como el del lunes podría repetirse contribuye a que municipios leridanos tomen precauciones. A la espera de conocer las causas, expertos y entidades del sector energético advierten que la red eléctrica es ahora menos robusta que años atrás, debido a la creciente entrada de renovables sin planificación ni plantas para almacenar de energía que den estabilidad al sistema.
Repotencian líneas para integrar renovables

Cables de la línea de alta tensión en el suelo durante las obras. - AMADO FORROLLA
Operarios sustituyen estos días torres de alta tensión en Les Garrigues. Forman parte de la línea que une la subestación leridana de Mangraners y la barcelonesa de Begues. Las obras tienen como fin repotenciarla para aumentar su capacidad de integrar energías renovables. Red Eléctrica de España (REE), la empresa parapública que gestiona la red de alta tensión, ejecuta estos trabajos en tramos ya autorizados mientras tramita el resto.
Esta intervención se suma a proyectos para líneas y subestaciones en Lleida y su entorno en Huesca y Zaragoza. La planificación de REE mantiene la subestación de Isona, pese a que la línea de muy alta tensión de Forestalia que debía concluir en ella descartada. También mantiene el objetivo de ampliar las subestaciones de La Pobla y Foradada para “integrar renovables”, “resolver restricciones técnicas”, asegurar la alimentación de consumidores conectados a la red de transporte (industriales, básicamente) y facilitar “enlaces entre sistemas” y el “almacenamiento y generación renovable”. REE trabaja también en reforzar la subestación de Adrall y del eje a Andorra, dentro de su plan de conexiones internacionales. Los otros dos ejes se encuentran en el sur, con la ampliación de la subestación de Albatàrrec para “almacenamiento y generación renovable” en el inicio de las líneas de Els Mangraners a Begues y L’Espluga de Francolí para crear un circuito cerrado cuyas funciones serían las de abastecer a industrias, además de facilitar la “integración de renovables” y la “resolución de restricciones técnicas”.
Cierra el catálogo la ampliación de la subestación de Maials con “avances tecnológicos y digitales” para aumentar la estabilidad del sistema e “integrar energía renovable”. Esta actuación, que como la de Els Mangraners prevé facilitar la conexión “directamente a la red de transporte” de grandes consumidores, “en su mayor parte, instalaciones industriales”, está vinculada a la construcción de la subestación Almendrales en Mequinensa para llevar a Tarragona y Barcelona de parte de la producción renovable de Aragón.