AGUA
La caída de los vertidos residuales revela el declive de la actividad industrial en Lleida
Las empresas han reducido en dos años un 5% la capacidad de derrame a los ríos de la demarcación

La depuradora de Lleida es la mayor instalación de tratamiento de agua residual de Ponent.
El acusado descenso del volumen de aguas residuales que las empresas de la demarcación de Lleida están autorizadas a verter a los ríos y barrancos de la demarcación revela un declive de la actividad industrial que resulta especialmente patente en las comarcas mientras se mantiene en la capital.
El cotejo de los datos del censo de vertidos de la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro) de 2022 con el de 2025 indica que el volumen autorizado de derrames industriales es en la actualidad de 222,06 hm3, prácticamente equivalente a la del embalse de Sant Antoni, ubicado en el Pallaresa a caballo de Tremp y Talarn.
Ese volumen ha sufrido en solo tres años una merma de 11,84 hm3, algo más del 5%, desde los 233,91 de 2022, una reducción que se produce, precisamente, en una de las etapas en las que más ha crecido la actividad económica en el último siglo y medio.
Lo aparantemente desmesurado de ese volumen de vertidos industriales no es tal en realidad, ya que las autorizaciones se ajustan a la capacidad de dilución de los ríos y, al mismo tiempo, los caudales de seguridad (que no hay que confundir con los ecológicos) se establecen en función de la cantidad de agua usada que llega a los cauces.
Esa reducción de los vertidos, y con ella de la actividad industrial que los provoca, es muy diferente en la capital y en el resto de la demarcación.
De hecho, en Lleida ciudad ha aumentado la capacidad de vertido de las empresas, parte de la cual está incluida en la autorización de usos urbanos de la Paeria, que en esos tres años no ha variado. Esa circunstancia se da también, e igualmnete sin variaciones, en algunas otras localidades con polígonos industriales.
En número de autorizaciones de vertido industrial en la capital ha pasado de 22 a 24 al haberse dado dos altas: la estacion de servicio de Serica Subirats y la central hortofrutícola de Domingo Català, con capacidades, respectivamente, para devolver usados al Segre 730 y 430 metros cúbicos de agua al año. Eso sitúa el volumen en 470.593. En el resto de la demarcación, el volumen autorizado de vertido industrial se ha reducido en esos tres años de 233,44 a 221,59 hm3.
La capacidad urbana aumenta en la demarcación
Al contrario de lo que ocurre con los vertidos industriales, los calificados como “urbanos o asimilables” se encuentran en fase de crecimiento en Lleida, aunque ese incremento no acaba de correr emparejado con la evolución de la demografía. Así, la autorización de vertido de la capital de Ponent sigue en poco más de 22 hm3 cuando su población ha aumentado un 3,3% tras ganar más de 4.600 vecinos en los tres últimos años con cifras disponibles en el INE (Instituto Nacional de Estadística). La progresión se acerca más a la demográfica en el resto de la demarcación, donde el aumento de la capacidad de vertido ha sido en los tres últimos años (2022-2025) del 1,6% mientras el crecimiento demográfico se situaba en el 2,27%, con un avance de casi 7.000 nuevos habitantes. Tampoco la evolución de las autorizaciones industriales va pareja con las cifras de ocupación en ese sector, que ha avanzado en casi 5.000 trabajadores en 3 años.