Andorra estrena uno de los saltos en caída libre más altos de Europa
Con una caída de 130 metros y vistas espectaculares de La Vall del Riu, la experiencia apuesta por la emoción extrema en un atractivo entorno natural

Un bombero fue el primero en estrenar la actividad. - FERNANDO GALINDO/DIARI D’ANDORRA
Andorra ha inaugurado en el Puente Tibetano de Canillo una de las experiencias de aventura más impresionantes de Europa con el lanzamiento de "The Sense Jumping", un salto extremo que, con sus 158 metros de altitud desde el suelo y situado a 1.870 metros sobre el nivel del mar, ha posicionado como uno de los más altos del continente europeo. Esta nueva atracción, ubicada en la singular pasarela que atraviesa el Valle del Río, ofrece a los amantes de la adrenalina dos modalidades de aventura vertical: un vertiginoso salto de 130 metros en caída libre, donde los participantes pueden llegar a velocidades de hasta 120 kilómetros por hora, y una experiencia de rappel donde el aventurero queda suspendido en la cuerda sin llegar a tocar tierra.
El Puente Tibetano de Canillo se ha convertido en un polo de atracción turística para la parroquia andorrana. Con una longitud de 603 metros, esta impresionante estructura se erige como el segundo puente tibetano más largo del mundo, ofreciendo a los visitantes una pasarela de un metro de anchura que sobrevuela el valle a una altura máxima de 158 metros. El estreno de esta nueva modalidad de salto extremo complementa perfectamente la oferta de actividades de aventura que busca diversificar el turismo en el Principado más allá de la temporada de esquí.
Una experiencia única en el corazón de los Pirineos
"The Sense Jumping" representa una apuesta decidida de Andorra para posicionar como destinación de aventura durante todo el año. La ubicación privilegiada de esta actividad, a casi 1.900 metros de altitud y en un entorno natural excepcional, la convierte en una experiencia única en el Pirineo. El contraste entre la adrenalina del salto y la belleza paisajística del Valle del Río ofrece a los visitantes una combinación perfecta de emociones fuertes y conexión con la naturaleza.
La estrategia turística de Canillo y, por extensión, de Andorra, busca complementar la oferta invernal con atracciones que resulten atractivas durante el resto del año. El Puente Tibetano, junto con el mirador de Roc del Quer (una plataforma volada a 500 metros del suelo), conforman un conjunto de infraestructuras diseñadas para atraer visitantes durante los meses de menor afluencia turística.