Arqueólogos trabajan en la Cova Gran de Santa Linya para desvelar 90.000 años de vida
Para documentar más ocupaciones de neandertales. Estudiantes de Canadá, Grecia o Asturias

Estudiantes e investigadores en la Cova Gran de Santa Linya esta semana. - AZU M.G.
Arqueólogos de Canadá, Grecia o Asturias, los primeros de la veintena que trabajarán este verano en el yacimiento de la Cova Gran de Santa Linya, han comenzado los trabajos para abrir nuevas unidades de investigación y hacer sondeos en el área en la que se hallaron fragmentos del esqueleto de una homo sapiens de 14.000 años de antigüedad, que fue bautizada como Linya, la dona de la Noguera. “El objetivo es ir excavando para documentar las distintas ocupaciones de neandertales de este enclave para llegar a los niveles más antiguos”, explicó Susanna Vega, una de las arqueólogas que dirige los trabajos, junto con un equipo de investigadores del Centre d’Estudis del Patrimoni Arqueològic de la UAB. Añadió que el yacimiento de Santa Linya permite reconstruir la vida de hace 50.000 o 60.000 años y un espacio clave para entender el tráfico entre la desaparición de las poblaciones neandertales y la aparición del homo sapiens.
La excepcionalidad del registro arqueológico, de gran relevancia científica y con una gran amplitud cronocultural, permite reconstruir las formas de vida de los primeros grupos de cazadores recolectores hasta la prehistoria más reciente.
La excavación de la Cova Gran se enmarca dentro del Pla de Recerca cuatrienal 2018-2021 de l’Arqueologia i Paleontología catalanes, aprobado por el Govern de la Generalitat, lo que demuestra la importancia estratégica de este yacimiento para el conocimiento del patrimonio prehistórico de Catalunya. La Cova Gran constituye un enclave arqueológico de primer orden descubierto en 2002, con una cronología que abarca unos 90.000 años. El yacimiento ha proporcionado hallazgos que están transformando el conocimiento sobre los primeros pobladores de la región. El equipo del Centre d’Estudis del Patrimoni Arqueològic de la UAB presentó en 2022 el descubrimiento de una plaqueta grabada. Esta pieza contiene ilustraciones en ambas caras y ha sido datada como la más antigua de este tipo de manifestaciones en Catalunya.