MUNICIPIOS
Más de la mitad de los ayuntamientos de Lleida están limpios de deuda con los bancos
Solo 19 consistorios, la mayoría capitales de comarca, tienen créditos pendientes de devolver por más de un millón. Los 112 endeudados acumulan préstamos por 164 millones tras sanear 126 en 15 años

El de Tàrrega, capital al margen, es el ayuntamiento leridano que más ha reducido su endeudamiento.
Más de la mitad de los ayuntamientos de Lleida, 119 de 231, carecen de deuda viva con los bancos, según los datos cerrados a 31 de diciembre del año pasado que acaba de hacer públicos el Ministerio de Hacienda. Estos reflejan una progresiva reducción de la dependencia que estas instituciones mantienen con la banca para mantener sus operativas: en quince años, entre los comienzos del carrusel de crisis inmobiliaria, financiera y de deuda en 2009 y la actual etapa de récords consecutivos de actividad económica y empleo, el número de consistorios leridanos sin endeudamiento se ha duplicado (eran 58) y su volumen de créditos y préstamos se ha reducido casi a la mitad (-43,6%) al caer de 290,5 millones a 163,9.
Esa evolución mejora de manera manifiesta si se excluye de la ecuación a la capital, ya que en ese caso el volumen del endeudamiento pasa de 257,11 a 66,52 y su merma se queda a unas décimas el 75%.
La reducción de la deuda afecta de manera directa a la que lleva asociada con los intereses, cuyos saldos vivos soportan en la actualidad, según las estimaciones del Banco de España sobre los saldos vivos en el conjunto del Estado, un gravamen medio del 3,68% anual. De acuerdo con este índice, y aunque cada producto financiero tiene sus propias condiciones específicas, la rebaja del principal del endeudamiento municipal en 136,6 millones de euros ha recortado la factura de los intereses, o el negocio de la banca, en algo más de cinco millones de euros. Aunque sigue siendo elevada ya que supera los seis millones.
Buena parte de ese endeudamiento tiene como causa el sistema de financiación municipal, en el que las administraciones de los escalones superiores, Diputación, Generalitat y Estado, desembolsan la mayoría de las ayudas y de las subvenciones cuando reciben las certificaciones en lugar de adelantar los fondos. Ese formato, que se justifica en la necesidad de fiscalizar el manejo del dinero público, obliga en la práctica a los ayuntamientos a financiar su funcionamiento con créditos y préstamos de los bancos, y a soportar las facturas de intereses que en la práctica encarecen buena parte de sus actuaciones.
El grueso del endeudamiento (y también la rebaja) se concentra en las cabeceras de comarca, con excepciones como el caso de Vielha. De los 112 municipios con deuda privada viva, 30 no llegan a los 100.000 euros y otros 25 no llegan a los 200.000.