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VERANO

El turismo alcanza en Lleida precios y ocupaciones históricas al mismo tiempo

Bate de manera simultánea sus marcas de afluencia de visitantes y de tarifas

Los turistas llenan las calles de municipios como Naut Aran este fin de semana, en los inicios de la campaña de verano. - ACN

Los turistas llenan las calles de municipios como Naut Aran este fin de semana, en los inicios de la campaña de verano. - ACN

Lleida

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El turismo está alcanzando en Lleida de manera simultánea unos registros históricos de afluencia y también de precios, aunque ese mayor volumen de ingresos no se está traduciendo en una mejora paralela de los márgenes que obtienen los hoteleros, ya que coincide con un notable encarecimiento de algunos de los principales costes del negocio.

Este fin de semana no había oportunidad de alojarse por menos de 60 € la noche en el Pirineo de Lleida y las posibilidades de hacerlo por menos de 75 se reducían al 3% de la oferta (15 de 495 en los principales portales) incluyendo todo tipo de alojamientos, desde hoteles hasta HUT (viviendas de uso turístico) pasando por campings, apartamentos y casas rurales. La norma ha pasado a ser superar los cien euros (451, el 91%) y, entre estos, situarse por encima de los 150 por noche (311, 62%), en la mayoría de las ocasiones sin desayuno incluido, ni mucho menos comida o cena, porque no se ofrece o porque el tipo de alojamiento no lo incluye.

El precio del alojamiento turístico ha registrado una notable subida en los últimos años en Lleida, coinciden todos los registros estadísticos. De hecho, el INE (Instituto Nacional de Estadística) sitúa los servicios de alojamiento como el subgrupo de productos y servicios que, con un aumento de más de dos tercios, más se ha encarecido en la demarcación desde 2021. Le siguen los paquetes turísticos, con un avance del 40% en esos cuatro años, y no anda muy lejos otra de las patas principales de la actividad como la restauración, con casi un 20%.

La evolución de las tarifas medias de los hoteles presenta una tendencia similar. Los precios medios por habitación han pasado de no llegar a 50 € por jornada tras la pandemia a consolidarse por encima de los 60 en el llano, a escalar a los cien en invierno y pasar de 80 en verano en el conjunto del Pirineo y a superar los 150 y los 90 en esas temporadas en Aran.

Son precios elevados y tienden al alza en un subsector, el hotelero, que absorbe el 80% de las pernoctaciones en Lleida, aunque su puesta en contexto ofrece aspectos llamativos.

Ese aumento de precios coincide con una etapa de crecimiento de las rentas privadas en todo el Estado que también ha elevado la demanda a niveles de récord, con 1,32 millones de turistas y 3,2 pernoctaciones el año pasado y una creciente afluencia extranjera (253.466 y 571.691).

“La demanda para los hoteles es la misma que hace veinte años. Hay más gente y también más alojamientos, como casas rurales y HUT, pero no más hoteles que entonces”, matiza Josep Castellarnau, presidente de Hostalería de Lleida.

En ese escenario, los precios hoteleros de la demarcación de Lleida siguen en niveles competitivos e inferiores a la media estatal todo el año. Esta primavera, los hoteles leridanos ocupaban el 40º puesto con una tarifa media por habitación de 69,35 euros, casi 50 por debajo de la media (117,95) y a más de cien del tope de Barcelona (177,99). En agosto de 2024 aparecían, con 85,5 €, en el 29º, a más de 60 del promedio (146,86) y un 55% por debajo del nivel de Baleares (193,77).

Y en invierno, la época de mayor actividad en una provincia con los dos principales destinos de interior de Catalunya (Naut Aran y Vielha) y cuatro del top veinte estatal (esos dos más Sort y Barruera), aunque sube al octavo puesto con un precio medio de 107,42 € por jornada y habitación al socaire del esquí, sigue diez euros por debajo de la media y está a casi 60 de Tenerife (165,39), líder en esa época.

“El aumento de precios está relacionado con el encarecimiento de factores como la alimentación y la energía, con lo que en realidad el margen es menor de lo que era”, anota Castellarnau. “No se puede subir lo que se quiera para mantener el margen, porque la gente no podría pagarlo. Aunque subas los precios, el margen siempre es menor”, añade.

Los datos apuntan en esa dirección. La rentabilidad media por habitación ha crecido seis euros en dos años en el Pirineo en agosto y menos de cuatro en un trienio en diciembre, por debajo de una inflación que ha avanzado un 6,4% y un 12,7%. En el llano, el progreso apenas pasa de dos en octubre, el mes de mayor actividad.

También han subido los salarios y la necesidad de fidelizar a las plantillas ha obligado a los hoteles a asumir parte del coste de su alojamiento y/o a reducir las habitaciones disponibles para destinar algunas a acogerlos. “Se trata de gastos que tenemos que hacer. Sin ellos no tendríamos las plantillas”, anota el presidente de los hoteleros, que prevé una campaña de verano “buena, pero no mejor que la de hace dos años”.

Más de 1.500 viviendas de uso turístico tienen fecha de caducidad en las comarcas leridanas. Un millar de ellas están en Naut Aran y unas 300 en La Vall de Boí, mientras que el resto se reparten entre varias localidades del Pallars Sobirà. El decreto ley que aprobó a finales de 2023 el anterior Govern de la Generalitat de ERC los aboca al cierre en 2028. Sus licencias deberán expirar al cumplir cinco años desde la aprobación de esta normativa y los propietarios no podrán renovarlas, al estar en municipios que superan el límite de diez por cada cien habitantes. Esta regulación sigue en vigor y el actual Executiu del PSC no tiene intención de cambiarla.

Durante la pasada legislatura, los socialistas pactaron cambios en el decreto ley con ERC para eliminar el límite de diez pisos turísticos por cada cien habitantes. Sin embargo, el trámite parlamentario para hacerlo decayó al finalizar la legislatura, y ahora que el PSC gobierna, no ha derogado el decreto ley ni prevé modificarlo. La consellera de Territorio, Sílvia Paneque, afirmó en declaraciones a SEGRE que mantener esta regulación es uno de los compromisos que adquirieron con los republicanos al negociar el pacto de investidura del president, Salvador Illa.

Los socialistas se ven obligados así a cumplir con una norma que en su día quisieron cambiar en profundidad. Según la consellera, el Govern brinda ahora apoyo a los ayuntamientos que exceden el límite de pisos turísticos para tratar de regularizar su situación. Para ello, proponen identificar y eliminar en primer lugar del censo de pisos turísticos los que tienen licencia para alojar turistas pero nunca han tenido este uso. En Naut Aran, el municipio donde la normativa obliga al mayor número de cierres, el ayuntamiento indicó que esperará instrucciones de la Generalitat sobre cómo proceder.

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