La Estación de Riegos de Binéfar, cuna del riego moderno en el Estado
Un libro rescata la desconocida historia de la Estación de Riegos de Binéfar, un centro de investigación agronómica pionero en el Estado. El complejo, cuyo edificio central está hoy en ruinas, fue la pieza clave para la transformación en regadío del Canal de Aragón y Catalunya

L’Estació de Regs de Binèfar s’ubica al costat de l’actual carretera de la capital lliterana a Sant Esteve. - CELLIT/CHE
"Fue una referencia indistutible para los labradores”, influyó “en el proceso de transformación al regadío, así como en la incorporación de nuevas especies y el fomento de la ganadería” y “no debemos olvidar, además, su papel pionero en un tema, el de la promoción y desarrollo de técnicas eficientes de riego para mejorar la productividad agrícola y la sostenibilidad en el uso del agua”, expone Silvia Isábal, historiadora de Binéfar y miembro de Cellit (Centre d’Estudis Lliterans), en La Estación de Riegos de Binéfar, el libro en el que recoge la historia de este centro de investigación que entre 1910 y mediados de los años 50, con el intermedio de la Guerra Civil, resultó fundamental para desarrollar el riego en el desierto sobre el que hoy se extiende el Canal de Aragón y Catalunya y sirvió de guía para la transformación del sector agrario en todo el Estado a lo largo del siglo pasado.

Este era el aspecto del laboratorio del centro el 1933. - CELLIT/CHE
A comienzos del siglo XX “llegaba el agua y no se sabía muy bien qué se podía hacer con ella. Ese es el origen, el motivo por el que se pidió. Luego derivó en un centro de investigación”, señala la escritora, que describe la confluencia de intereses que permitió su puesta en marcha: por un lado, “los regantes estaban impacientes, sabían que se les abría un mundo de posibilidades y también que tenían mucho trabajo” y, por otro, el Canal de Aragón y Catalunya era la primera obra pública que había pagado íntegramente el Estado, que era el primer interesado en que funcionara”.
La estación, en la que se hacían ensayos de semillas y de labores y estudios de rendimientos, fue el primer centro de todo el Estado donde se utilizaron lisímetros, un aparato inventado en EEUU que permite calcular cuánta agua drena y retiene la tierra, y, en su época incial, el único autorizado para estudiar la aplicación de abonos inorgánicos.
Algunos de los edificios de la Estación, que a lo largo de los años 40 y 50 colaboró con el CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas), están hoy en ruinas y los antiguos campos de ensayo acogen huertos sociales.