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RESILIENCIA

Europa planea eliminar dos programas clave que aportan 64 millones anuales a la economía rural de Lleida

La supresión de los fondos Life y Leader amenaza proyectos ambientales y de desarrollo que sostienen la biodiversidad, la actividad agraria y la innovación en el territorio

Adrià Urrea, responsable de la reserva de Mas de Melons, observa uno de los paneles explicativos en uno de los observatorios. - L.C.

Adrià Urrea, responsable de la reserva de Mas de Melons, observa uno de los paneles explicativos en uno de los observatorios. - L.C.

Lleida

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Europa prepara un recorte millonario en dos de los principales programas de resiliencia, innovación y diversificación de la economía rural como son el Life y el Leader, que desaparecen del presupuesto comunitario según recogen sus primeros borradores. Lleida participa en proyectos del primero que suman 50 millones y el segundo aporta 14 anuales.

El medio rural se enfrenta a un descomunal recorte económico tras el último viraje político de la UE, cuya Comisión ha decidido suprimir el programa Life, dedicado a financiar iniciativas de I+D en materia de innovación ambiental y productiva, y también el Leader, que impulsa programas de desarrollo rural, diversificación de la actividad y creación de servicios locales. Esto ha trascendido al conocerse los primeros borradores de los próximos presupuestos comunitarios, en los que se elimina el llamado segundo pilar, que incluye ese tipo de actuaciones.

La medida, que se encuentra en fase de trámite, amenaza decenas de programas de investigación y de desarrollo que se llevan a cabo en Lleida, caso del Ticket Rural. En esa cartera conviven los medioambientales con los de exploración, reorientación y financiación de actividades humanas y económicas. Agricultura lanzó hace unas semanas una convocatoria con ayudas por siete millones que cierra el bloque 2021-2025.

El Leader ha inyectado en la última década catorce millones de euros anuales en la economía rural de Lleida. El programa 2016-2020, el último liquidado, aportó 15,27 millones en el Pirineu Occidental, 14,33 en l’Alt Urgell y la Cerdanya, 12,61 en el Segrià y la Noguera, 16,71 en Les Garrigues y l’Urgell y 17,56 en de La Segarra y el Solsonès.

Paralelamente, ocho de los doce programas Life que desarrolla el departamento de Territorio tienen algún tipo de desarrollo en Lleida: Crossfit y Eco Adapt, relacionados con la transición energética y el cambio climático; Pyrenées4Clima y Midmacc, centrados en la resiliencia de la cordillera y la recuperación del pastoreo como herramienta; Resque-alpyr y Connect Ricotí, para la restauracion de ecosistemas fluviales en el Pirineo y esteparios en el llano, y RedbosquesClima y Goprofor_Med, sobre los bosques y con el CTFC (Centre Tecnològic i Forestal de Catalunya) de Sant Llorenç de Morunys como uno de sus pilares.

Entre los siete proyectos, que se encuentran en distintas fases de desarrollo, suman un presupuesto conjunto de en torno a cincuenta millones de euros.

Un laboratorio ambiental y económico

“Se trata de dar valor. Aquí no solo hay aves, hay insectos y ortópteros, pero también agricultura, ganadería y arquitectura. Los secanos son zepas (zona especial de protección de aves), que son espacios protegidos en los que no solo hay aves. También hay una cultura”, explica Adrià Urrea, responsable de la finca Mas de Melons. Se trata de una explotación agraria de 1.431 hectáreas ubicada en la zona sur de los secanos de Lleida (9 zepas que suman 52.000 ha y cuya gestión conjunta dirige Jordi Parpal) y en la que las labores de conservación ambiental se combinan con las actividades económicas y el ensayo de fórmulas de sostenibilidad y compatibilidad entre ellas. “No hay conservación sin gestión. Si no se cultiva, el espacio desaparece, se cierra”, anota. 

La finca, propiedad de la Generalitat desde hace dos décadas, es, quizás, uno de los ejemplos más claros de lo que se juega en Lleida con el tajo que Europa planea dar a los programas Leader y Life. Este último financia el proyecto Connect Ricotí, con el que se están restaurando 230 hectáreas de mosaico estepario para acoger a este ave, del que solo hay censados dos machos (la hembra resulta prácticamente indetectable porque no canta) en Catalunya. Es, con tres aves como la ganga, la collalba negra y alcaudón real o meridional y un ortóptero similar al saltamontes como la langosta roquera, una de las cinco especies que no habitan en ningún otro lugar del país. El último censo, de 2016, detectó la presencia de 270 especies de flora y de fauna. Esa línea se combina con la explotación 600 hectáreas de cereal de secano con un ciclo de barbechos y 200 de olivos y almendros y, por otra parte, el pastoreo de tres rebaños que suman más de 6.000 ovejas de raza xisqueta.

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