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Una avería deja sin móvil tres días a 10 pueblos de Lleida

El ayuntamiento de Vilanova de Meià cede su teléfono fijo a los vecinos

Imagen de archivo de un repetidor telefónico en el Pirineo leridano. - ALBERT L. COBO/ACN

Imagen de archivo de un repetidor telefónico en el Pirineo leridano. - ALBERT L. COBO/ACN

Lleida

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Una avería dejó sin telefonía móvil del lunes al miércoles a Vilanova de Meià y sus siete núcleos, y a localidades de Tremp y de Conca de Dalt como Rivert, Aramunt y Sant Martí de Canals. En Artesa de Segre hubo quejas por problemas de cobertura de telefonía e internet esas mismas jornadas.

La incidencia, que afectó al menos a una decena de pueblos en un área de más de 500 km2 de la Noguera y el Pallars Jussà, se debió a la caída de uno de los repetidores de la red de telefonía y al efecto dominó que eso provocó en otros postes.

“Os pedimos que llaméis a vuestras compañías para avisar de que no hay cobertura. Quien no pueda, puede venir al ayuntamiento a hacer la llamada”, propuso el martes a sus vecinos el consistorio de Vilanova de Meià. Llevaban casi dos días sin cobertura de móvil y aún tardarían otro en recuperarla.

“Viene gente a llamar y a preguntar. En unas horas han pasado media docena de vecinos”, explicó un empleado municipal de Vilanova de Meià.

“Ha pasado muchas veces. Nos hemos reunido con las compañías, pero no se avanza. Hemos de hablar con la Generalitat para ver cómo se puede mejorar la cobertura”, señala el alcalde de Conca de Dalt, Marc Sans, quien llama la atención sobre el hecho de que núcleos como Serradell y Hortoneda carecen de línea.

“¿Qué pasa si hay una emergencia? El teléfono es un servicio básico. Hablamos de extender la fibra cuando hay pueblos que nunca han tenido línea y sin cobertura”, plantea.

Coincide con Anna Sentinella, alcaldesa de Baix Pallars, donde el martes pasaron tres horas sin servicio por una tormenta eléctrica. “A poco que llueva o que haga viento nos quedamos sin teléfono, sin internet y sin luz. El servicio es muy precario y continuamente tenemos quejas de vecinos. Las compañías comparten las antenas, y en cuanto se avería una se caen todas las líneas”, explica.

Esa situación, extendida en el Pirineo, afecta a ámbitos como las emergencias, ya que resulta imposible comunicar alertas, o los cuidados, ya que los sistemas de telealarma se desactivan. También a la economía, al dificultar el teletrabajo y alterar actividades presenciales: “No se puede hacer un bizum ni cobrar con tarjeta, y los posibles clientes, al no poder contactar, creen que los negocios están cerrados”, anota Sentinella.

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