La Universitat d’Estiu chequea en un curso la salud del catalán de la Franja
Un seminario explora soluciones para paliar debilidades y amenazas como el abandono institucional. “Resulta contradictorio que una lengua se declare como propia y no sea oficial”

La Universitat Catalana d’Estiu celebra este verano su eduición número 57. - UNIVERSITAT CATALANA D’ESTIU
“Es contradictorio que una lengua declarada como propia no tenga carácter oficial, eso es una anomalía democrática que se da en una democracia que está pensada en clave castellana”, señala Quim Gibert, escritor y docente de Fraga que este viernes participará en el seminario sobre la situación del catalán en la Franja incluido en la programación de la UCE (Universitat Catalana d’Estiu).
El curso, titulado La Franja, un Ponent ple d’electricitat, que se desarrollará en la sede central de la UCE en Prades, y coordinado por el historiador Joaquím Monclús, contará con ponentes como Josep Lluís Soler, activista cultural del Martarranya, y de Josep Ramon Noguero, tamaritano e impulsor del Moviment Franjolí.
“Se trata de un seminario sobre la Franja y sobre su identidad lingüística”, anota Gibert, quien destaca que “el objetivo es proponer soluciones” para la situación de la lengua en esas comarcas de la zona oriental de las tres provincias aragonesas.
“Vivir en una frontera siempre supone vivir en una situación peculiar y siempre más rica que en el interior, porque permite el contacto con la cultura de los dos lados”, añade.
Sin embargo, la situación del catalán en esa zona, en la que es el vehículo de comunicación habitual de más de 33.000 ciudadanos, no es la mejor de las últimas décadas como consecuencia del abandono institucional del Gobierno de Aragón, que ha suprimido el grueso de las políticas de promoción. Políticas locales como la recuperación a escala local del programa Jesús Moncada por el ayuntamiento de Mequinensa, y otras de ámbito estatal como la inyección de fondos del ministerio de Cultura a la Academia Aragonesa de la Lengua a la diputación de Zaragoza palían ese declive.
Gibert sitúa ese abandono institucional como la principal amenaza para el catalán de la Franja en el análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) que hace para SEGRE. “Hay una sustitución lingüística avanzada del catalán por el castellano” por la “inacción de gobiernos irresponsables e insensibles” que generan “hostilidad”, dice.
Y ahí aparecen las debilidades. “El catalán queda al raso, en la indigencia, a su suerte, por la no oficialidad”, señala, ya que “el régimen del 78 no ha dignificado la lengua propia de la Franja de Ponent y los derechos lingüísticos de los catalanohablantes no son reconocidos: es un déficit democrático muy grave, propio de las dictaduras lingüicidas, y un maltrato lingüístico explícito a la población, incluso la de acogida”.
En las escuelas, añade, “el catalán, como materia, es enseñado a menudo como si fuera una lengua ajena a la realidad lingüística de la Franja”. Y a eso se le suman otras dos debilidades: “La baja autoestima lingüística de los habitantes de la Franja” ante los “prejuicios lingüísticos desfavorables” que genera esa situación y, paralelamente, la generacion de “dinámicas involuntarias de desintegración lingüística local” para una población oinmigrante que “no encuentra mecanismos de integración lingüística”.
Entre las fortalezas se encuentran aspectos de la cultura popular como un vocabulario “indiscutiblemente tanto o más catalán que el de la Catalunya interior”, con conservación de palabras abandonadas en otros ámbitos; lazos como los que mantienen las distintas zonas con áreas como las de Tortosa, Almacelles, Balaguer y Tremp y, también, producciones literarias como las de Moncada, Mercedes Ibarz y Francisco Serés. Señala como la principal oportunidad “el descubrimiento del contraste de frontera como espacio de intercambio”.