TRIBUNALES
Reclusión psiquiátrica en la cárcel para un homicida de Alfarràs
La Audiencia mantiene esta medida para el hombre que mató a otro a puñaladas en 2016. Pese a ser declarado culpable, fue absuelto por alteración psíquica

El juicio se celebró en la Audiencia de Lleida en noviembre de 2018. - SEGRE
La Audiencia de Lleida ha acordado mantener la medida de seguridad de internamiento en un centro psiquiátrico penitenciario para Josep Sopena Guasch, el vecino de Alfarràs que confesó haber matado a puñaladas a un vecino de 56 años y herir gravemente a la hija de este, de 35, el 19 de mayo de 2016. Cabe recordar que Sopena fue absuelto en un juicio que se celebró en la Audiencia de Lleida en 2018 al aplicarle la eximente completa de alternación psíquica, tal y como estableció el jurado popular, que le declaró culpable de estos hechos por unanimidad pero que dijo cuando lo hizo “tenía totalmente anuladas sus capacidades cognitivas y de discernimiento” debido a un brote de esquizofrenia paranoide que padece y se encontraba bajo los efectos del alcohol y las drogas. La Audiencia —y posteriormente otros tribunales superiores— fijó su ingreso en un centro penitenciario psiquiátrico por un máximo de 19 años.
De esta forma, el pasado junio, el juzgado de Vigilancia Penitenciari de Cataluya remitió a la Audiencia la propuesta para el mantenimiento de la medida seguridad, a los que la Fiscalía y el propio homicida mostraron su conformidad. Ahora, la Audienia, en base al informe del equipo de Medidas Penales Alternativas de Lleida y del juzgado de Vigilancia Penitenciaria, “y en interés del tratamiento, es conveniente el mantenimiento de la medida de seguridad en las condiciones actuales”. Anualmente se revisa esta medida.
El crimen tuvo lugar el 19 de mayo de 2016 cuando Sopena acudió a la vivienda de la víctima, llamó a la puerta, y sin mediar palabra, empezó a acuchillar al hombre. Le asestó 40 puñaladas. Su hija oyó los gritos y, al acudir a ver qué pasaba, recibió unos 30 navajazos, aunque pudo escapar al balcón y pedir auxilio. En el juicio, Sopena dijo que le mató porque oía voces y estaba “abducido”. El acusado reiteró varias veces que “desde el comedor de mi casa les escuchaba riéndose de mi”. No eran vecinos, vivían a más de 100 metros de distancia y estaban separados por la carretera que cruza el pueblo. La víctimas, que ejercieron la acusación particular, estuvieron representadas por el abogado Xavier Prats.