Los recursos hídricos caerán un 12,5% en 25 años por el cambio climático
Según el Cedex, y la CHE revisará su propuesta de recorte de dotaciones al regadío

La tercera séquia principal del Canal d’Urgell.
Las previsiones sobre las consecuencias del cambio climático empeoran y afectan especialmente a la disponibilidad del agua. Un informe del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex) publicado en septiembre eleva del 5% inicial al 12,5% el descenso de los recursos hídricos en la cuenca del Ebro por el calentamiento global en 2050, a la par que la subida de las temperaturas y la reducción de las lluvias podrían incrementar la necesidad de agua de los cultivos hasta el 16% en Catalunya, según la consultora Spigal. El informe es una nota técnica del Cedex, dependiente del Gobierno, sobre la propuesta de incorporar el cambio climático en los planes hidrológicos del cuarto ciclo.
Este fue uno de los argumentos citados ayer por el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Carlos Arrazola, al anunciar la revisión de su propuesta de rebaja de dotaciones de agua a los regadíos de la cuenca prevista en los documentos previos del Plan Hidrológico de la cuenca 2028-2033. Se anunció en septiembre de 2024 y en Lleida pretendía recortar por ejemplo un 19% de la dotación actual al canal de Pinyana y un 15% al Canal d’Urgell.
El planteamiento ha generado críticas desde todos los sectores (“49 de las 88 aportaciones” hechas a los documentos en la fase de información pública), especialmente de los regantes, y ayer el organismo de cuenca dio marcha atrás para reabrir este debate. Arrazola no concretó en qué dirección se revisarán estas dotaciones de agua, pero dijo que serán “rigurosos” y que la nueva propuesta no distará mucho de la actual. Miguel Ángel García Vera, jefe de la oficina de Planificación, señaló que la revisión incluirá otros datos como las estimaciones del Meteocat sobre evapotranspiración o la ampliación de las series hidrológicas.
El presidente de la CHE explicó que algunos argumentos contrarios a su propuesta apuntan que reducir las dotaciones comprometería el futuro de las explotaciones agrarias y perjudicaría la seguridad alimentaria, algo que rechazó. En cambio, propuso como medidas para la nueva planificación seguir modernizando los riegos, aumentar su digitalización e impulsar prácticas agrarias adaptadas al cambio climático. Los documentos previos reconocen, como publicó SEGRE, una gran masa de agua subterránea entre Alcarràs y Almacelles de 80 km2 hasta ahora no caracterizada. García Vera dijo que esta formalización incidirá más en su protección “que en su explotación”.
La UE pide aumentar la eficiencia un 10% en 5 años
La llamada estrategia de resiliencia hídrica elaborada por la Unión Europea (UE) fija para 2030 una necesidad de mejora de la eficiencia en el uso del agua del 10%, según recordó ayer el presidente de la CHE. Ello pasa, entre otras medidas, por reducir las fugas de agua y modernizar las infraestructuras hidráulicas, un proceso a todas luces necesario en sistemas de riego tradicionales como el Canal d’Urgell. Arrazola descartó que haya una fecha límite para que las comunidades de regantes actualicen sus infraestructuras.
Manifestó que “es imposible no ver del presente” y vaticinó que “la garantía de éxito” del riego ante fenómenos como las sequías se verá “notablemente reducida” si no se moderniza. Es una cuestión de “supervivencia” del regadío, aseguró, al tiempo que consideró la modernización “necesaria”.
El documento elaborado por la CHE tras la consulta pública de estos primeros documentos del Plan Hidrológico cita que una de las aportaciones demanda que la Confederación apoye los proyectos de modernización, algo que ahora compete al Gobierno central o de la Generalitat. También sostiene, sobre los regadíos, que “dotaciones sobredimensionadas en algunas zonas generan desequilibrios y reducen la garantía de suministro, comprometiendo la estabilidad del sector”.