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Burros pastan en Mas de Melons para proteger los hábitats de aves esteparias

Proyecto piloto con cinco ejemplares al servicio de la biodiversidad de la reserva

Los burros pastarán en un área de 45 hectáreas y estarán monitorizados con GPS. - E. FARNELL

Los burros pastarán en un área de 45 hectáreas y estarán monitorizados con GPS. - E. FARNELL

Esmeralda Farnell

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Un pequeño rebaño de cinco burros pasta desde ayer en la reserva natural de Mas de Melons, en el marco una prueba que se prolongará hasta el verano. Los responsables de este espacio protegido esperan que esta práctica contribuya a conservar los hábitats de las aves esteparias. Comenzará en un área de 45 hectáreas y se extenderá si tiene éxito.

Cinco burros pastan desde ayer en la reserva natural de Mas de Melons para mejorar los hábitats de las aves esteparias que habitan en este espacio protegido. Esta iniciativa busca favorecer a especies que nidifican en el suelo, como la ganga, mediante la gestión natural de la vegetación. Los cinco burros, llamados Canela, Clau, Moscatell, Xarop y Troia, provienen de una finca privada del Berguedà y serán monitorizados mediante collares GPS para estudiar su comportamiento y adaptación a esta zona esteparia. Vivirán en régimen de semilibertad en un recinto de 45 hectáreas hasta el verano, cuando se hará un seguimiento detallado del comportamiento de los animales, su adaptación al entorno y los efectos sobre la vegetación. El objetivo es evaluar si este tipo de herbívoro puede contribuir al mantenimiento de hábitats adecuados para la fauna esteparia y, en en caso de éxito, extender el modelo de forma permanente.

El responsable de la gestión de los espacios protegidos del llano de Lleida del departamento de Territorio, Jordi Parpal, explicó que el proyecto se enmarca en una estrategia de conservación de las aves esteparias iniciada hace tres años. “Estamos trabajando dentro de un proyecto Life europeo centrado en la alondra dupont, aunque también beneficia a otras especies como la ganga. Para mantener sus hábitats es necesario un cierto nivel de herbivoría, que controle la altura de la vegetación sin eliminarla por completo para facilitar la nidificación de las aves”, dijo.

La reserva ya cuenta con un rebaño de ovejas que también cumple esta función. Sin embargo, los responsables han querido probar con burros por su diferente comportamiento alimenticio. “La oveja es más selectiva y come hierba tierna, mientras que el burro es más generalista y puede alimentarse también de plantas leñosas. Queremos ver si nos ayuda a controlar especies como el carrascal”, dijo Parpal. La prueba piloto de pastoreo con los burros se enmarca en el proyecto europeo Life Connect Ricotí del departamento de Territorio y cuenta con la colaboración de la Fundación Miranda, que ha aportado los burros, y el Centre de Ciència i Tecnologia Forestal (CTFC), que será el que hará el seguimiento del proyecto junto con el equipo de la reserva de Mas de Melons.

La presidenta de la Fundación Miranda, Rosa Galindo, apuntó que los animales “no son desbrozadores vivos, sino agentes de conservación, ya que contribuyen al equilibrio del ecosistema y nos recuerdan la importancia de los grandes herbívoros en la dinámica natural”.

Beneficios ecológicos para la ganga y la alondra dupont

La reserva de Mas de Melons, con más de 1.500 hectáreas públicas, alberga la principal población catalana de ganga, una especie amenazada que nidifica en el suelo y requiere vegetación baja y dispersa. Según los censos recientes, unos 75 individuos habitan la reserva. El mantenimiento de este tipo de hábitat es crucial para su reproducción, ya que las hembras dependen del camuflaje entre matas bajas para proteger sus nidos. Parpal añadió que la única población de alondra dupont en Catalunya se encuentra en la Timoneda de Alfès, aunque, si se restauran los hábtitas adecuados, confían que pueda recolonizar Mas de Melons de forma natural en el futuro.

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