El vino pallarés busca nuevos destinos para su millón de botellas
Una jornada profesional explorará cómo abrir mercados en restaurantes y tiendas gourmet

Viñas de Costers del Moneixo en Àreu, a 1.200 metros de altitud. - MARC CODINAS
“Queremos dirigirnos a los restaurantes, las distribuidoras y las tiendas especializadas”, explican fuentes del ayuntamiento de Tremp, que organiza el día 24 una jornada profesional, la 13ª de Vins del Pirineu dentro del programa Al teu gust, dirigida a abrir líneas de comercialización para el vino del Pallars, cuyas quince bodegas ya producen un millón de botellas de vino de montaña con una cosecha de 1.500 toneladas de uva.
“Tan importante como elaborar el vino es venderlo, y más en un momento de tanta riqueza enológica, inestabilidad en los mercados y cambios en los hábitos de consumo”, señala la convocatoria de la jornada, que apunta a “la restauración y las tiendas especializadas “, y a los someliers como “escaparates principales para llegar al consumidor”.
La jornada, que incluye ponencias e intervenciones de ocho profesionales de esos ámbitos, pretende “incidir en este espacio de la cadena de valor”. Buena parte de los restaurantes del Jussà y el Sobirà ya incluyen vinos del Pallars en su oferta. “Se trata de animarles y de darles herramientas para incidir en esa línea”, anotan las mismas fuentes. “Llevamos años trabajando con el sector para darle presencia y empuje. Hemos tocado el ámbito enoturístico y la comercialización, y hemos hecho seminarios de marketing y ventas al exterior. Se trata de abrir más canales”, añaden.
La producción de vino del Pallars, que se empezó a recuperar a comienzos de los años 90 tras haber prácticamente desaparecido a comienzos del siglo pasado por la plaga de filoxera, se ha multiplicado por cuatro en apenas seis años, desde los cerca de 190.000 litros de vino del año previo a la pandemia a los 750.000 de la última cosecha, que se traducen en ese hito del millón de botellas.
En cualquier caso, como ocurre con la técnica de producción y el tipo de vino, o con la envergadura y el volumen de negocio, la heterogeneidad es un rasgo principal de la comercialización de las quince bodegas, con la proyección internacional de Castell d’Encús, la estatal de Torres y la local de Lo Bocoi d’Àneu como exponentes.
El escenario, no obstante, ha cambiado en los últimos años, cuando “muchas bodegas se han posicionado para vender al exterior”, indican.
En 2019, cuando se realizó el último estudio en profundidad del sector vitivinícola pallarés, eran tres los cellers que habían explorado la internacionalización. El 80% de la producción se quedaba en Catalunya, y el uso de canales de distribución era la opción más usada por las bodegas, más cuanto mayor era el tamaño, frente a la venta directa, cuyo volumen se quedaba claramente por debajo del 50%.
Transición en Vila Corona, la decana de las bodegas
La decana de las bodegas del Pallars, Vila Corona, de Vilamitjana, está cerrando el proceso de transición que, tres siglos después de ponerla en marcha, trasladará su gestión de la familia Vila a los nuevos responsables, también pallareses. Se trata del primer episodio de relevo al frente de un celler pallarés desde que la elaboración de vino, tradicional durante siglos en la zona, comenzó a recuperarse en los años 90, precisamente en esa explotación de la Conca de Tremp. Hoy operan quince bodegas en el Jussà y el Sobirà, donde el sector vitivinícola, favorecido por la composición de sus suelos y por la variedad térmica de la zona en plena fase de calentamiento global, se encuentra en plena ebullición.