REGADÍO
El Urgell aplaza la votación definitiva sobre la modernización pese a algunas críticas
Síndicos pidieron mantener el acto para darle un cierre institucional, tras ganar el ‘no’ a la modernización en 18 colectividades. El presidente aseguró que trasladarán al Govern el malestar entre los regantes

Las votaciones celebradas en Miralcamp. - J.GÓMEZ
La junta de gobierno de la Comunidad General de Regantes del Canal d’Urgell acordó ayer suspender la votación prevista para mañana sobre el proceso vinculado a la modernización. La decisión, sin embargo, chocó con la negativa de varios síndicos y colectividades, que defendían mantener la convocatoria y cerrar el procedimiento con un acto final que dejara constancia formal del resultado. Al final, el aplazamiento se aprobó con el respaldo del 55% de las 72.000 hectáreas que conforman la zona regable (45% lo hicieron en contra). Esta reunión llega tras el anuncio que hizo el presidente de los regantes, Amadeu Ros, acompañado por el conseller de Agricultura, Òscar Ordeig, de posponer la consulta, el miércoles de la pasada semana. A pesar de todo, las colectividades siguieron votando (execepto la 20 de Linyola, que la aplazó), en un proceso que culminó el jueves en Bellcaire. De esta manera, 18 han votado no a la modernización i 1 sí (Les Borges).
El presidente del Canal d’Urgell justificó la cancelación por el “desacuerdo” de los regantes, “no tanto con el proyecto en sí sino por la insuficiencia de ayudas”. Según señaló, este malestar se trasladará a la Generalitat. Ros insistió también en la baja participación registrada en las votaciones internas de las colectividades. Aseguró que en algunos casos se ha rondado el 28% y que, “en líneas generales”, no se habría alcanzado el 40%, cifras que, a su juicio, debilitan la legitimidad social para continuar el proceso. Entre los síndicos favorables a mantener la votación está el presidente de la colectividad número 13 de Miralcamp, Jaume Perera, que defendió que el proceso debería culminar “hasta el final” para dotarlo de coherencia y cierre institucional, con un resultado por escrito que pueda enviarse a la administración y deje un mensaje inequívoco. Ros trató de rebajar la tensión y reiteró la necesidad de encontrar un punto intermedio “entre el sí y el no”, evitando que el debate derive en un enfrentamiento interno. En su opinión, la cancelación no supone el final, sino una pausa para replantear condiciones y encarrilar una propuesta más asumible.
De cara a los próximos pasos, Ros indicó que, cuando el Govern disponga de una propuesta más elaborada, la comunidad convocará una asamblea informativa para explicarla y abrir un nuevo ciclo de conversaciones. Así, la recogida de resultados y su comunicación a la administración se presenta como la actuación inmediata para dejar constancia de la opinión en el territorio.