Jordi Puig
El editor de ‘Prosa de Combat’ y director de la editorial Comanegra nos habla del autor que se esconde en este volumen recién publicado, lleno de ensayos y material censurado que ahora sale a la luz

Jordi Puig - EDITORIAL COMANEGRA
¿Cómo ayuda este libro a comprender mejor el papel de Manuel de Pedrolo como pensador político durante la transición y la consolidación democrática de Cataluña?
Prosa de combat es un volumen que ayuda a hacer justicia a un autor que, en este sentido, fue de los pensadores políticos más coherentes de la literatura catalana y del pensamiento catalán. Fue un escritor que tuvo un peso enorme, y durante unos años fue el único autor independentista con peso en la prensa diaria. Había otros escritores independentistas que aparecían en prensa, pero no del nivel de Pedrolo. Hay que tener en consideración a autores como él, que quedaron literalmente al margen del argumento que se convirtió injustamente en el relato oficial de parte de la historia de Catalunya.
¿Cuál era el papel de Pedrolo dentro del ecosistema cultural catalán de los años sesenta y setenta, más allá de su obra literaria de ficción?
Pedrolo era un intelectual de los que ya no quedan; se lo rifaba todo el mundo y era un autor muy leído. Era un escritor incomparable, sobre todo en el momento en el que se empezaban a generar nuevos lectores en catalán y se normalizaba un poco el idioma, en los últimos años del franquismo. Pero a mí me llama especialmente la atención cómo para Pedrolo era imprescindible atribuir la catalanidad a las personas que venían de fuera. Él señalaba el hecho de que había un sector de la sociedad catalana que estaba totalmente desconectado de su lengua y sus raíces. Era una guerra en los años 60 que estaba en auge, y no era una batalla entre integristas. Pedrolo era una persona totalmente abierta a acoger nuevos catalanes, pero siempre promoviendo nuestra lengua y tradiciones, y así lo transmitía en sus escritos. Esto era lo que más irritaba a los sistemas de censura de la época.
¿Cuál ha sido su labor específica como editor respecto a la confección de este libro y por qué decidió embarcarse en este proyecto?
El libro forma parte de una colección de autorías, de la que ya llevamos un buen número de volúmenes publicados. Hemos recopilado materiales de autores como Mercè Rodoreda, Joan Fuster, etc. Casi todos los autores de la literatura catalana con su vertiente de ensayos han pasado por nuestra editorial. Pedrolo es la figura principal de lo que hemos publicado más recientemente, y hace tiempo decidimos sacar adelante una antología de su material y centrarnos en recuperar sus archivos. Encontramos artículos totalmente inéditos, que nunca llegó a publicar, y otros que sí, pero que todavía no se habían recogido juntos. Yo he sido quien ha encontrado estos textos inéditos de censura, y Teresa Ibars también nos ha ayudado a hacerlo. En la parte del libro donde se recopilan artículos nos hemos basado en los que él ya recopiló en vida en otros libros. Él ya publicó unos cuantos volúmenes con recopilaciones de artículos del diario Avui y de Serra d’Or. Con Prosa de Combat, hacemos una antología de 25 años; él lo había hecho de un año y medio. Julia Ojeda ha hecho la selección de los artículos y piezas, tanto material inédito como artículos ya publicados. Para entendernos, el libro es un 60% material inédito de Pedrolo y un 40% material parcialmente inédito. En total, hemos tardado un par de años en recopilar el material, pero de esta manera hemos conseguido tener una idea mucho más amplia de su trayectoria.
¿Por qué cree que durante tanto tiempo se ha querido borrar o minimizar el discurso político de Pedrolo?
Pedrolo padeció aún más el vacío que se le hizo en los años 80 por parte de los recientes sistemas democráticos y de la gente con influencia cultural. Creo que tal vez sufrió más este vacío que la censura que se le hizo durante el franquismo, ya que en la década de los 80 cayó en el ostracismo político y fue tildado de radical. Esto contrastaba con el hecho de que él nunca dejó de ser un autor muy leído en el ámbito de la ficción, a pesar de su abandono político. Pedrolo marcaba diferencias absolutas y su nombre era de los más populares entre el público, y a su vez, fue el autor que tuvo más trabas para publicar. Al censor de censura le daba miedo cuando un material podía tener incidencia social, y los escritos de Pedrolo eran especialmente peligrosos para el sistema político de ese momento. El material que más censura tuvo de Pedrolo fue el que tenía más éxito potencial, y él tenía muchos textos de este estilo. El público iba por un lado y el sistema predominante por otro. Considero que el público nunca lo abandonó, pero el país sí que lo hizo.