Bullicio teatral vibrante
La concentración en el centro llenó a tope los escenarios en la jornada grande de FiraTàrrega. Entre danza, teatro y circo destacó el foco irlandés y propuestas que fomentan la inclusión

El espectáculo de danza ‘The’, a cargo de Miguel Jiménez y Andrea Carrión, llenó de público la plaza de Les Nacions. - LAIA PEDRÓS/SEGRE
FiraTàrrega vivió ayer la jornada grande de la 45 edición, en la que presenta 54 espectáculos, de los cuales un 35% estrenos. Durante los cuatro días el certamen ha programado 160 funciones y ayer los escenarios, concentrados en el centro de la ciudad, se vieron abarrotados de público aunque se podía pasear con cierta comodidad por las calles.
FiraTàrrega vivió ayer su jornada grande con artes escénicas en cada rincón del centro de la ciudad. Las plazas y calles estuvieron llenas de espectadores, entregados y con ganas de disfrutar del teatro, consolidando el carácter abierto y participativo del certamen. La concentración de propuestas en el centro de Tàrrega permitió que los escenarios registraran una alta ocupación en el momento de las funciones, con espacios totalmente abarrotados. Sin embargo, aunque la organización apostó precisamente por concentrar la programación en el centro para recuperar la sensación de bullicio, lo cierto es que se percibió una menor presencia de visitantes respeto a anteriores ediciones. En este sentido, las calles permitían circular con cierta comodidad. Los visitantes cada vez llegan más preparados y con los deberes hechos en casa, de modo que van directos a las funciones y divagan menos.
Por su parte, las compañías consultadas mostraron su satisfacción por la buena acogida en la que consideran una gran oportunidad y la mejor plataforma para la internacionalización de sus piezas porque en FiraTàrrega coinciden ambos perfiles fundamentales: el público general y los programadores profesionales.
Entre las perlas de la jornada de ayer destacar The most dangerous animal in the world, de Jazzville Productions, dentro del foco irlandés en el Reguer, en el que una oveja abandona su rebaño y llega a la ciudad donde explora el coraje, el sentido de pertenencia y el coste de la autenticidad combinando comedia, música y danza.
Cicatrius, de Vero Cendoya, fue otra de las obras muy aplaudidas ayer, en este caso en las piscinas. Se trata de una propuesta de danza y teatro con seis intérpretes y música en directo con una especie de violín. Está dedicada a la inclusión de personas con otras capacidades que la directora y coreógrafa incluye entre los artistas. La trama reivindica, con mucha vitalidad y toda la energía, cicatrizar las heridas de cada cuerpo y de cada identidad. Precedió la propuesta de Cendoya, la pieza de danza Pies de gallina, de Ana F. Melero y Luna Sánchez.
Como no podía ser de otra forma en el día grande, fueron muy concurridas las diferentes propuestas en las plazas Major y de Les Nacions. Como ejemplo, Banda Esfèrica con su Granotes al cel, aigua a la terra!, que propuso danzar colectivamente para invocar la lluvia en el marco del programa Suport a la Creació, y Curolles con Tot bé, una propuesta de circo con una peonza como punto de partida, hicieron lleno.
Una de las protagonistas del público familiar fue Mi gran caracol, de Ángeles de Trapo, un caracol gigante que cobró vida recorriendo la calle Migdia. En el Reguer, el circo más contemporáneo de calle también reunió a numeroso público con Domte, de Nacho Flores, una propuesta también del Suport a la Creació centrada en equilibrios con música en vivo. Una de las piezas con mejor crítica fue Ròdols i cigrons, de Escarlata, sin entradas desde antes de empezar el certamen. Tuvo lugar en el nuevo espacio de La Plana. Una pieza que ofrece un viaje ‘circonematográfico’ que despierta el deseo de vivir en un mundo más libre y más emocionante.
Hoy, última jornada, se han programado 24 funciones de 11.00 a 22.00 h.