Josep Giralt, exdirector del Museo de Lleida: "15 años después de Sixena, tengo dudas de si se hizo una buena defensa en origen"
Giralt cree que algunos consellers de Cultura serán recordados como unos "auténticos irresponsables" durante una entrevista con la ACN

Josep Giralt, exdirector del Museo de Lleida.
Ocho años después de la entrada policial en el Museo de Lleida para trasladar las 44 obras de Sixena hacia Aragón, Josep Giralt, exdirector de la institución, ha concedido su primera entrevista a la ACN desde que se jubiló. En sus declaraciones, Giralt pone en duda si se hizo "una buena defensa en origen" durante los 15 años de litigios y califica la operación policial del 11 de diciembre de 2017 como una "ejecución provisional militarizada" que tuvo lugar en un contexto político muy particular, poco después del referéndum del 1 de octubre y la aplicación del artículo 155.
El exdirector recuerda que inició su mandato con el objetivo de "reflotar" un equipamiento que estaba en crisis y acabó enfrentándose a una situación que situó el museo "al mapa catalán, estatal e internacional", pero no de la manera deseada. Giralt considera que las circunstancias políticas permitieron que la resolución judicial fuera "extremadamente exagerada", y cuestiona si el juez emitió sus órdenes con conocimiento de causa sobre el funcionamiento del museo.
“Buenas noches, venimos a ocupar las puertas de seguridad del Museo de Lleida”
Giralt también critica que el juez no pusiera al frente de la comitiva a un secretario judicial y traspasara esta función a un comandante de la Guardia Civil. A las dos y media de la mañana del día 11 llegó la comitiva militar y se le dirigieron con uno: “Buenas noches, venimos a ocupar las puertas de seguridad del Museo de Lleida”. Como director, recuerda ahora, lo que más le preocupaba era la integridad de la institución, el respeto y la salvaguardia del personal propio ante la resolución. Giralt había sido advertido de la llegada de la comitiva policial el día 10 de diciembre por la mañana y reunió en el equipamiento a todo el personal. También citó un notario para garantizar la seguridad bajo sus órdenes.
La operación se alargó diez horas, que dieron para mucho. Desde un Josep Giralt que se vio obligado a hacer marcharse al entonces alcalde de Lleida Àngel Ros y su asesor, a toques de atención al comandante de la Guardia Civil a fin de que cortara de raíz actitudes “de euforia” de la parte aragonesa, que llegaron a hacerse fotos con las obras y empezaban a difundirlas por las redes. “Decidimos que si volvía a haber una acción de este tipo, el director general de patrimonio cultural aragonés tendría que salir de la institución”, señala el exdirector.
Giralt está convencido de que “el éxito de la ejecución profesional” por parte del Museo de Lleida fue no ponerse a la altura de todas las señales que habían estado llegando durante semanas del lado aragonés. “Creo que es el guion que situó en el ámbito mundial un trabajo bien hecho de una ejecución provisional militarizado”, añade.
15 años después, dudas en la defensa ejercida en los litigios
Preguntado sobre la situación actual del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y el eventual traslado de las pinturas murales en el Monasterio de Villanova de Sixena, Giralt cree que el equipamiento catalán está dando los “pasos oportunos”. Duda, sin embargo, de sí 15 años después de haberse iniciado los litigios, se hizo una buena defensa al principio. “Nadie está acostumbrado a tener litigios en primera instancia”, señala. En el caso del Museo de Lleida, reconoce que los intereses “no estuvieron del todo bien defendidos” y la prueba es que, como consorcio, no se presentaron ni a la vista y no fue hasta el recurso al Audiencia Provincial oscense que se recondujeron algunas carencias.
Añade que faltaban “algunas observaciones, informes, recomendaciones de ámbito internacional” que ahora el MNAC ha podido presentar y han hecho “reflexionar a la jueza” que tiene que dictar sentencia con la posibilidad de ser sometida a posibles actos de prevaricación. Por todo ello, Giralt considera que la defensa de Museo Nacional “es la correcta”.
Consellers de Cultura “auténticamente irresponsables”
Giralt admite que en el 2017 se encontraron solos ante el traslado de las obras del Museo de Lleida, de la misma manera que se sintieron con el traslado de los bienes de la Franja. En este sentido, también critica la “política de no querer explicar nada” que se ha fijado muchas veces desde la conselleria de Cultura. Asimismo, remarca que el que le sabría más mal de todo es que los políticos no hicieran los deberes a partir de las sentencias del MNAC y el Museo de Lleida para evitar un “goteo de futuras reclamaciones”.
Giralt no es muerde la lengua para afirmar que algunos consellers de Cultura pasarán a la historia como “auténticos irresponsables” con los litigios del Museo de Lleida y el MNAC, y que otros se “comieron” sus consecuencias. Por eso insiste en que nunca se puede tener política de comunicación cero, básicamente porque “en el año 25 como nos encontramos, las redes sociales van cada día llenas”.
“Si las piezas tienen que salir del MNAC Pepe Serra dirigirá la operación, a pesar de todo”
Josep Giralt está convencido que si al final los murales tienen que salir del MNAC para volver a Sixena, el director del equipamiento dirigirá la operación. Básicamente porque así está estipulado al código deontológico de todo conservador y trabajador de museo, que es “velar fundamentalmente por la conservación que están bajo su custodia”.
Ahora el MNAC tiene 17 meses para pensar como hacerlo. La jueza tiene toda una serie de informes para decidir qué hace, recuerda Giralt, que también pone manifiesto que algunos de los técnicos aragoneses han expresado de “forma abierta y viva” que quizás la sala capitular de Sixena no puede recibir ahora mismo las pinturas porque hay que cambiar la arquitectura de los arcos. De lo contrario, no cabrían.