Aquel 1999, cuando Extremoduro y Fito tocaron juntos en Lleida: noches de rock en los Camps Elisis
Queda la nostalgia de una época donde los grandes nombres del panorama nacional hacían parada obligatoria en la Fiesta Mayor de Lleida

Una actuación de Extremoduro en Lleida, pocos años después.
Hay noches que, con el paso de los años, se convierten en leyenda. Eso siempre que el humo de la época no nos anieblara ni la memoria ni la mirada. Para muchos leridanos, la noche del 1 de mayo de 1999 es una de estas. Aquel sábado, la Fiesta Mayor de Lleida no empezó con un simple concierto, sino con un traspaso de poderes y una explosión de rock que, para algunos, todavía resuena en las paredes del Pabellón Nuevo de los Camps Elisis.
Y más hoy, que muchos todavía estamos recordando nuestra relación con Robe Iniesta, muerto este final de 2025.
A las 22.00 horas, el público que llenaba el pabellón pudo disfrutar del concierto de Extremoduro, plato fuerte de la noche. La banda de Robe Iniesta llegaba a Lleida en un punto álgido de popularidad, presentando el disco "Canciones prohibidas". No tenemos el setlist de aquel concierto, que debería contar, aparte de los himnos de la banda de Plasencia, con temas del disco que presentaban, que también ya son clásicos: Salir o Golfa.
No hay crónica del día siguiente. Pero los conciertos de Extremoduro eran vivos, "olían a rock". Lleida fue testigo de la madurez de una banda que había pasado de la marginalidad a ser el referente absoluto del rock estatal.
La gracia de aquella jornada fue poder escuchar, un rato antes, el estreno de Fito Cabrales con su nuevo grupo Fito y los Fitipaldis. A pesar de ser ya una estrella con Platero y Tú, llegaba para presentar su proyecto personal: Fito y los Fitipaldis.
Con su inconfundible gorra y una actitud más íntima pero eléctrica, desgranó los temas de "A puerta cerrada". En aquel momento, pocos podían imaginar que aquel telonero acabaría llenando estadios por sí solo. Fue uno directo de rock de bar, puro y sin filtros, que sirvió del aperitivo perfecto para lo que estaba por venir. De aquel disco debieron sonar, seguro: Rojitas las orejas o Trozos de Cristal, que canta al disco, precisamente, con Robe.
Hoy, mirando aquel recorte de periódico, queda la nostalgia de una época donde los grandes nombres del panorama nacional hacían parada obligatoria en nuestra Fiesta Mayor.

Prèvia del 1 de maig del 1999

Crónica del concierto de Extremoduro, del año 2004
Conciertos de Extremoduro en Lleida
Aunque un concierto de Fito y Robe juntos sea un hito, lo cierto es que Extremoduro ha tocado varias veces en el llano de Lleida. Mirando la hemeroteca de SEGRE, encontramos que el año 1995 tocaron en el Estudio de Alcoletge. Un año más tarde, Extremoduro y Platero tocaban en Fraga.
El año 2002, en la plaza de las Naciones Sense Estat de Tàrrega, presentaron su Yo, minoría absoluta. En el 2004 volvían a la Fira de Lleida (leed la crónica del crítico musical Javier de Castro). Finalmente, en octubre del 2008 presentaron La Ley Innata en Gardeny.
CORTE DE MANGAS AL SISTEMA
JAVIER DE CASTRO
Aprovechando la reciente edición del nuevo disco, el recopilatorio Grandes éxitos y fracasos (episodio 1) y el DVD Gira 2002, los Extremoduro han iniciado un nuevo tour promocional que se ha estrenado precisamente en nuestra ciudad.
Con un entradón impresionante y la presencia de bastantes seguidores llegados de distintas y distantes latitudes, la presentación de la banda extremeña deparó un concierto de bastante altura musical, pese a los problemas de sonido congénitos a la instalación, y que en muchos momentos del mismo consiguió subir a niveles considerables la adrenalina de muchos de los presentes y de aquellos otros que ya la traían elevada de forma artificiosa. Para estos últimos, si se enteraron, la sensación debió de ser, seguramente, todo menos terrenal.
El caso es que la interpretación de clásicos de su discografía como Pepe Botika, Necesito droga y amor, A fuego, Extremaydura o El día de la bestia, entre otras, propició en la variopinta y, a todas luces, inclasificable concurrencia algo así como una auténtica sacudida nerviosa. Fue causada no sólo por el enorme potencial decibélico desplegado, sino, sobre todo, por los contenidos “poéticos” de los textos de la mayoría de sus canciones referenciales, los cuales, de unos años a esta parte, los han convertido en estandartes de una subcultura cuyo éxito se basa en dar un corte de mangas al sistema.
Posiblemente, son el grupo español con mayor personalidad, que ilustran con superioridad absoluta lo que hoy se denomina popularmente rock “transgresivo” y, por lo que a ellos respecta, los antecedentes, aureola y presencia en vivo causan de todo, menos indiferencia. Doy fe de ello.