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Un Barça a medio hacer

La ‘era Valverde’ arranca mañana plagada de dudas || Coutinho y Dembélé, los sustitutos de Neymar, siguen sin llegar ante la negativa de sus respectivos clubes

La marcha de Neymar  ha dejado un hueco difícil de suplir.

La marcha de Neymar ha dejado un hueco difícil de suplir.EFE

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La MSN ya es historia. El famoso tridente que dio al Barça de Luis Enrique 9 de 13 títulos posibles ha quedado desarticulado con la fuga de Neymar al PSG. Ahora, a Ernesto Valverde le corresponde la difícil misión de actualizar a este Barça. Lo hará partiendo de un déficit deportivo que el club se está esmerando en corregir, todavía sin éxito, en el mercado estival. Porque Neymar se ha ido dejando 105 goles, 60 asistencias y 10 títulos en 186 partidos. También 222 millones en las arcas de la entidad. Pero en el pecado, el Barcelona lleva la penitencia, porque todos los clubes de Europa saben ahora que los azulgranas tienen los bolsillos llenos y también necesidad.

Ousmane Dembéle, el extremo del Borussia Dortmund que debería hacer de Neymar, y Philippe Coutinho, el volante del Liverpool más parecido a Iniesta que puede encontrarse en el mercado, son los dos jugadores elegidos por la secretaria técnica para reforzar la plantilla. Pero en ambos casos las negociaciones se están eternizando a pesar de que los dos jugadores se han declarado en rebeldía y se han negado a jugar, e incluso a entrenar, caso del francés, para forzar su salida hacia Can Barça. Pero ni así han conseguido su objetivo.

El mejor triplete ofensivo de la historia se ha roto tras la marcha de Neymar al PSG por 222 millones de euros

El club inglés rechazó ayer una nueva oferta azulgrana, esta vez de 120 millones fijos y 10 variables

Ayer mismo, el Liverpool rechazó una tercera oferta azulgrana por Coutinho de 130 millones de euros, 120 fijos y 10 en variables, mientras que la plantilla del Borussia Dortmund criticó ayer a su aún compañero Dembélé. “No tiene ningún derecho a hacer lo que está haciendo”, afirmaron varios jugadores del club alemán ante la negativa de Ousmane a entrenar.

Pero mientras juega esa partida de póquer en la que se ha convertido cada negociación y donde le piden la luna, la temporada oficial está a punto de arrancar, y el Barcelona 2017-18 solo presenta, de momento, cuatro caras nuevas. La de José Paulo Bezerra ‘Paulinho’, fichado esta semana por 40 millones del Guangzhou chino; Nélson Semedo, incorporado del Benfica por 30 millones para reforzar el lateral derecho; la del extremo Gerard Deulofeu, de vuelta tras su cesión al Everton previo pago de 12 millones; y la del central Marlon Santos, ascendido del Barça B.

De momento, Semedo no se ha ganado la confianza de Valverde para el carril diestro y ha jugado muy poco, y Marlon, de momento, no entra en los planes del técnico extremeño. Deulofeu, por su parte, se perfila de entrada para suplir a Neymar y Paulinho acaba de aterrizar y ni tan siquiera ha debutado en la pretemporada.

Pero si para el Barça le está resultando un auténtico quebradero de cabeza comprar algo este verano, soltar lastre todavía le está costando más. Entre las bajas, solo se cuenta la inesperada e indeseada de Neymar, a las que hay que sumar las del portero Jordi Masip (Valladolid) y el defensa Jérémy Mathieu (Sporting de Portugal). De momento siguen, y algunos ya sin dorsal, Vermäelen, Douglas, Munir y Sergi Samper, los cuatro que la pasada campaña estuvieron cedidos y que el Barcelona todavía no ha recolocado. Tampoco a Ardan Turan, otro de los futbolistas a quienes el club ha puesto el cartel de transferible.

Y sin cerrar los grandes refuerzos llega el debut liguero en un estado de depresión, producto de la imagen dada en la Supercopa de España, en la que el Madrid fue netamente superior y puso a relucir las grandes carencias azulgranas, que incluso perdieron sus señas de identidad en la última década. Ahora más que nunca, se encomienda a un Leo Messi que, sin firmar aún su renovación, sigue siendo la luz de un Barça en construcción.

La marcha de Neymar  ha dejado un hueco difícil de suplir.

La marcha de Neymar ha dejado un hueco difícil de suplir.EFE

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