Gerard Encuentra, entrenador del Hiopos Lleida: “El 80% del mercado no es accesible para nosotros”
Reconoce que no pueden acceder a muchos jugadores por no jugar en Europa, pero dice que el objetivo sigue siendo la permanencia

Gerard Encuentra, dando instrucciones durante un partido en el Barris Nord.; Array
¿Qué sensaciones le ha dejado esta primera temporada en ACB?
El año que asciendes siempre es muy complicado por todos los condicionantes que hay, porque eres nuevo, entras tarde al mercado y tienes que ganarte el respeto poco a poco. El equipo ha jugado un buen baloncesto en muchos momentos de la temporada y si a principio de temporada nos hubieran dicho que estaríamos salvados a falta de cuatro jornadas, todos lo hubiéramos firmado.
Con los problemas que hubo para cerrar la plantilla, ¿esperaba lograr la salvación con tanta antelación?
Durante toda la temporada nunca estuvimos en posiciones de descenso. Tal vez en las primeras jornadas, porque empezamos 0-3, pero nunca estuvimos como tal en descenso. Lo que sí es cierto es que partíamos con un punto de inexperiencia a la hora de confeccionar la plantilla. Éramos nuevos, y el primer año siempre cuesta más porque no dominas la Liga, y en algunas posiciones íbamos un poco más justos, pero el equipo fue capaz de unirse y sacarlo adelante.
El hecho de no haber estado nunca en descenso, ¿pudo ser un factor importante psicológicamente hablando?
Tuvimos momentos críticos. Recuerdo una racha, no sé de cuánto exactamente, pero de los últimos ocho partidos habíamos perdido siete o algo así, o el partido que perdimos en Coruña, que también fue un momento crítico. Creo que la clave fue mantener la calma en todos los sentidos: a nivel directivo, de club y también de afición. Creo que eso es lo que nos hace especiales en este club: que vamos todos a una y remamos todos en la misma dirección, siempre juntos, sabiendo que a veces las cosas saldrán mejor y otras peor, pero todos sentimos el club como nuestro, tanto los que estamos dentro como los aficionados.
Esta temporada, con todos los cambios de jugadores, ¿ha sido la más difícil como entrenador?
Sí, de mi carrera probablemente ha sido el año más duro en ese sentido. Intentamos reforzar el equipo durante mucho tiempo en distintas posiciones donde íbamos más justos. No sabría decir cuántas ofertas hicimos, pero fueron muchas con jugadores que no logramos fichar y nos costó mucho cerrar el roster. Incluso buscamos jugadores con contratos temporales, para protegernos un tiempo, pero claramente eran jugadores que no eran nuestros preferidos y los que lo eran no logramos cerrarlos o no quisieron venir. Fue un año muy duro, tuvimos que unirnos mucho para sacarlo adelante.
¿Este verano ha sido más fácil fichar?
Sí, hemos empezado a mover todo más pronto. Cuando sabes en mayo que seguirás en la ACB, puedes hablar ya de renovaciones y fichajes con más calma. Cuando eres un recién ascendido y llevas 20 años sin jugar en ACB, te ponen la etiqueta de equipo ascensor. Hemos mostrado un estilo atractivo para mucha gente, eso ha tenido un buen feedback, y ayuda a llegar a ciertos jugadores que antes no podías. Aun así, el 80% del mercado no es accesible para nosotros porque no jugamos competición europea, ya que muchos jugadores priorizan jugar en una Liga menor con tal de estar en Europa, y eso nos condiciona mucho, aunque ahora somos una opción más interesante.
El equipo que se está gestando, sobre el papel, no tiene nada que ver con el del año pasado.
Bueno, el año pasado en verano también estábamos todos muy ilusionados. Hablando con todas las aficiones, siempre les gusta su equipo. Este año, conociendo más la Liga, puedo decir que los equipos que el año pasado estaban en nuestra zona se han reforzado muy bien, y nosotros también, pero al final esto va de jugadores y de ser un equipo. Esta temporada nos sentimos más expertos y dominamos más la Liga, la hemos estudiado más y tenemos un conocimiento mayor. Hemos querido mejorar donde fallamos la campaña anterior y teníamos claro qué roles buscar en cada posición y a partir de ahí construimos el puzzle. Sí que es cierto que hemos cerrado jugadores más expertos y contrastados dentro de la Liga.
La permanencia es el objetivo, pero... ¿se atreve a pensar en algo más?
No podemos correr, tenemos que ir con calma. El año pasado fue muy duro, y este lo será también, porque la ACB es muy dura. Creo que hemos hecho un buen mercado, pero los demás también, y el nivel medio de la Liga es altísimo. Tenemos que empezar con los pies en el suelo y nuestro objetivo es la permanencia. Siempre digo lo mismo, el día a día, el nivel de crecimiento del equipo y los resultados te irán marcando si podemos ser un poco más ambiciosos o no, pero de momento la salvación es el reto.
¿Pensar en Europa es una utopía entonces?
De entrada me parece arriesgado. El Murcia, finalista de Liga hace dos años, juega una fase previa para entrar en Europa, no tiene plaza asegurada. Por eso pensar en Europa antes de comenzar la temporada sería como dispararnos en el pie. En lo que tenemos que pensar es en ser competitivos, sumar más gente al Barris Nord y seguir creciendo. Ojalá eso nos permita no sufrir tanto y ser más ambiciosos durante la temporada.
Lo que no cambia es la filosofía de juego.
Tenemos un estilo que nos ha ido bien y lo que hemos hecho es buscar a jugadores que se adapten a esta filosofía y que puedan rendir. No tenemos que cambiarlo, tenemos que intentar ser fieles a nuestra idea.
El año pasado todos los entrenadores rivales alababan el estilo de juego valiente del equipo. Eso debe ser gratificante, más si cabe siendo un debutante en la Liga.
Evidentemente. Creo que los entrenadores de la Liga, que al final son expertos, siempre han hablado muy bien de cómo jugaba el equipo. Es cierto que tuvimos momentos malos, como tienen todos los equipos, pero el estilo está bastante identificado y somos fieles a una idea y a nuestros valores. Incluso la gente que viene a ver al equipo se siente bastante identificada con esos valores que transmitimos.
¿Qué ha aprendido este año?
Muchas cosas, pero en lo que más me he tenido que esforzar ha sido en liderar a un grupo de personas que a nivel de resultados estábamos acostumbrados a ganar mucho, pero este año nos tocaba perder, y eso a veces podía afectar al ánimo del equipo. Me ha tocado hacer un esfuerzo extra en cuanto a liderazgo positivo cuando las cosas parecían un poco más negativas.
¿Dónde le gustaría dejar el club cuando se vaya?
Yo siempre digo que me gustaría ganar la Liga con el Lleida. El club, desde que soy entrenador, ha crecido mucho cada año y una parte muy grande de ese mérito es de Albert Aliaga y su junta directiva. Han dado pasos agigantados. Lo que yo veo es ambición y crecimiento, y eso es lo que me gusta del proyecto, por eso mi renovación fue cuestión de días. Cuando tienes claro que quieres estar aquí, todo se hace rápido. Mi renovación fue rápida porque veo la ambición del proyecto y, sobre todo, las ganas de seguir creciendo. Todos tenemos muchas ganas y me gustaría que el club continuara creciendo, no sé si hasta ganar una Liga, pero sí para poder estar muchos años en la mejor Liga de Europa, que ya sería un hito muy importante.