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La economía de Lleida resiste un año de guerra en Ucrania y alerta por el futuro

Un año de guerra en Ucrania ha pasado factura a todos los sectores económicos ya sea en costes de producción o por falta de materias primas. Así, 365 días después de la invasión rusa, las empresas leridanas viven con la incertidumbre y a la expectativa de lo que ocurre a miles de kilómetros de distancia para la marcha de sus economías.

El alza de los costes de las materias primas, como los cereales, han lastrado a la economía leridana.

El alza de los costes de las materias primas, como los cereales, han lastrado a la economía leridana.JENS BÜTTNER / DPA

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El sector económico leridano ha recibido también el impacto de la guerra en Ucrania, que ha afectado a la estabilidad de los precios a nivel mundial, y cuando se cumple un año del conflicto, ve el futuro muy incierto, ya que dependerá del tiempo que se alargue. El presidente de Pimec en Lleida, Jesús Torrelles, aseguró que este ha sido un año “caótico” para las empresas debido a la volatilidad de los precios de la materia primas, lo que les ha impedido trabajar a futuros, y al elevado coste de la energía que ha dejado en jaque a muchas pymes, empezando por aquellas que más usan la electricidad, como las cámaras frigoríficas. “Los costes han llegado a dispararse hasta un 30% en algunos sectores y este sobrecoste muchas veces no ha podido repercutirse al cliente”, afirmó. El secretario de UGT en Lleida, José Luis Aguilar, por su parte, destacó que los precios de la energía ya estaban disparados antes de que estallara la guerra, que sirvió para incrementarlos, y aseguró que a quien más impactó fue al pequeño comercio. Asimismo criticó que algunos sectores como el de la gran distribución estén aprovechando la ocasión para “especular con los precios y llenarse los bolsillos” mientras que los trabajadores están cada vez más empobrecidos.

El presidente de la COELL, Josep Maria Gardeñes, añadió que pese a que la mayoría de empresas leridanas han conseguido aguantar el tirón, su resistencia dependerá de lo que se alargue la guerra. Y es que, avisó, la sociedad también se está viendo ahogada por la subida de costes y esto perjudica al consumo. Por su parte, Pere Roqué, presidente de Asaja Lleida y de la Associació Multisectorial d’Autònoms de Lleida (AMALL), dijo que en un año todos los derivados del petróleo y de los cereales se han encarecido.

Cuantificó este incremento en una media del 30%, siendo solo el de la energía de un 50%. “Sin embargo esto ha afectado a todos los sectores productivos. Tanto a un panadero, por la subida del trigo, como a un pintor, por usar productos derivados del petróleo, o del sector del metal, se ha notado que los costes se han aumentado”, lamentó.Mientras, Joan Carles Massot, presidente de JARC de Catalunya, dijo que este aumento de los costes ya había empezado antes de la guerra.

“En el sector ganadero, por ejemplo, ha provocado una gran descapitalización con la consecuente merma de producción –manifestó–, a lo que se unió la baja producción de cereal, que hizo elevar su precio”. Sin embargo, con el paso de los meses, explicó que se ha ido importando cereal de terceros países, lo que ha estabilizado algo los precios. “Ahora estamos a la expectativa de si se dilatará la guerra, de los movimientos especulativos y hasta del clima de los países productores de proteína, como la soja”, explicó

En valor supusieron unas ventas totales de 2,9 millones de euros, según datos proporcionados por Pimec a partir del portal DataComex del ICEX, dependiente del ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Las exportaciones leridanas no se han resentido con la guerra

Las exportaciones leridanas con Ucrania aumentaron un 15,5 por ciento el año pasado pese al conflicto bélico iniciado hoy hace un año por Rusia. Según los datos del ministerio, los productos más vendidos el año pasado a Ucrania fueron carne y despojos comestibles, preparados cárnicos, asi como piezas y maquinaria pesada.Paralelamente, los productos más importados desde Ucrania por las empresas leridanas fueron grasas animales y vegetales (en los que entran los aceites como el de girasol), papel, cartón y derivados de la celulosa y semillas y productos oleaginosos.

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