SEGRE

Lleida, creadora de nuevas materias primas con residuos agrarios y forestales

Primeros pasos para producir biomateriales para todo tipo de usos industriales

Terrenos de Alcarràs donde está previsto el polígono y la planta de compostaje al fondo.

Terrenos de Alcarràs donde está previsto el polígono y la planta de compostaje al fondo.AMADO FORROLLA

Publicado por

Creado:

Actualizado:

Antioxidantes naturales para alimentación obtenidos de restos de pino carrasco, conservantes orgánicos para cosmética procedentes de residuos vegetales e incluso la posibilidad de fabricar grafeno con los gases que emanan de los purines. Son algunos de los primeros pasos para producir en Lleida nuevas materias primas con rechazos agrícolas, ganaderos y forestales, cuyos usos incluyen desde el sector alimentario hasta la construcción.

Diferentes iniciativas apuntan en esta dirección desde hace tiempo a las comarcas leridanas, aunque ahora ganan interés y viabilidad económica a raíz del encarecimiento de los materiales y de la energía a lo largo del último año, acentuado desde el mes de febrero pasado por la invasión rusa a Ucrania. La primera bio-refinería ha empezado a funcionar en Solsona, donde el Centre de Ciència i Tecnologia Forestal (CTFC) prueba ya la elaboración de diferentes productos para alimentación, cosmética y farmacología a partir de rechazos forestales.

La UdL, por su parte, ha recibido tres ofertas de empresas para construir otra en Balaguer, un proyecto que se ha retrasado un año precisamente por el encarecimiento de los materiales de construcción. A la espera de ponerla en marcha, una instalación provisional en Lleida dio ya los primeros resultados a finales del año pasado. Estas dos bio-refinerías son experimentales. Su finalidad es probar esta tecnología con rechazos vegetales locales, establecer la viabilidad de fabricar diferentes productos y demostrar el funcionamiento a empresas interesadas en producir con finalidades comerciales. Las posibles aplicaciones van desde la elaboración de bioplásticos hasta biocombustibles y materiales de construcción, así como cosmética y farmacología.

Por otra parte, ganaderos del Segrià anticipan ya la posibilidad de dar usos industriales a procedimientos para generar energía y biomateriales a partir del tratamiento de purines y estiércol y de residuos agrícolas.

La planta de compostaje que ha puesto en marcha la asociación Alcarràs Bioproductors en la zona de Vallmanya es la base de un futuro polígono que ha iniciado la tramitación ante la Generalitat para atraer este tipo de actividades. Una firma que ya ha expresado interés en desarrollar su actividad en esta superficie es Biogenera Renovables, creada por el ingeniero industrial leridano Xavier Biela, con la intención de fabricar diferentes tipos de productos con grafeno obtenido del biogás de las deyecciones ganaderas.

La iniciativa de Alcarràs se enmarca en el programa Biolab Km 0, un proyecto de especialización territorial (PECT) financiado por la Generalitat y liderado por la Diputació. Este y otros dos PECT impulsados por la corporación provincial, Biomarkets y Green & Circular, incluyen entre sus objetivos la producción de nuevas materias primas a partir de recursos renovables locales. Las subidas vertiginosas de la electricidad y el gas han contribuido a restituir el prestigio de la madera como material de construcción, gracias a sus cualidades como aislante térmico natural. Sin embargo, su uso actual no se limita a las técnicas tradicionales, sino que incorpora productos derivados como aislantes de fibras de madera y paneles de contralaminado.

“Dar valor a las deyecciones en lugar de pagar para tratarlas”

"Hasta ahora los ganaderos hemos pagado para gestionar las deyecciones de nuestras granjas; ahora podemos darles valor”, explica Jordi Jové, presidente de la asociación de ganaderos Alcarràs Bioproductors. La entidad ha puesto en marcha en la zona de Vallmanya una planta de compostaje que ha empezado a tratar deyecciones y producir fertilizando orgánico apto para la agricultura ecológica.

El complejo, con capacidad para más de 27.000 toneladas al año, se inaugurará de forma oficial el próximo mes de junio. Los promotores han iniciado los trámites ante la Generalitat para establecer en el entorno una superficie de 14 hectáreas para actividades que utilicen rechazos ganaderos y agrícolas para la producción de biocombustibles y biomateriales, así como proyectos de investigación en esta materia.

Otro motivo que los lleva a impulsar la implantación de nuevos tratamientos de las deyecciones es el hecho de constatar que la normativa europea, española y catalana limita cada vez más la aplicación directa de purines en la tierra como fertilizante.

tracking