UNIVERSIDAD
Alquiler que encarece los estudios
Estudiantes de la UdL que vienen de fuera se quejan del alto coste de los arrendamientos y de que muchos propietarios les obligan a pagar los meses de verano. También se ven obligados a buscar piso mucho antes del inicio del curso, por lo que piden una mayor regulación

Alquiler que encarece los estudios - LA VILA DE LLEIDA
La situación actual del mercado del alquiler en Lleida ciudad, con precios elevados al haber más demanda que oferta, hace que los estudiantes de la Universitat de Lleida (UdL) que vienen de fuera deban afrontar un gasto mayor y peores condiciones. En este sentido, universitarios aseguran que algunos propietarios exigen una permanencia de al menos un año completo en el piso y muestran poca flexibilidad en las negociaciones.
Dos estudiantes, que han querido permanecer en el anonimato, señalaron que “hay opciones buenas pero caras, y las ofertas vuelan. Los caseros se aprovechan no solo con los precios, sino también con los contratos y los tiempos”. Consideran frustrante la comunicación con los propietarios, pues durante semanas no pueden contactar con ellos y cuando estos devuelven la llamada “todo ha de ser bajo sus condiciones”.
Otra problemática es que muchos dueños anuncian pisos para universitarios, pero luego se niegan a firmar contratos temporales de desplazamiento por estudios e imponen que sean convencionales. Esto contrasta con otras comunidades como Andalucía, donde los pisos de alquiler para los estudiantes se formalizan con contratos temporales específicos.
Entre las prácticas que generan quejas entre los universitarios, destaca la obligación de pagar los meses de verano para asegurar el piso para el curso siguiente o cláusulas penalizadoras por finalización anticipada del contrato. “Tenemos que pagar la parte equivalente a los meses de alquiler que nos quedan por acabar si nos marchamos antes de cumplir el año de contrato”, explicó una de ellas.
Otro caso significativo es el de Silvia Garma, estudiante de Educación, quien explicó que entró en el piso en el que actualmente vive pagando 650€ tras un acuerdo con el dueño que le rebajó 50€ del precio inicial que pedía. Pero tras el último incremento en la renta, menos de un año y medio después, se ve obligada a pagar 680€. Explicó que es la mejor opción que ha podido encontrar, puesto que los precios no bajan de los 600€ y las condiciones son prácticamente inalcanzables. “Muchos piden seguros de arrendatario, por si dejamos de pagar o varios meses de fianza por un alquiler que tal vez no dure más de 6 meses, por lo que complica mucho el poder encontrar donde vivir” indicó.
En cambio, algunos estudiantes han conseguido mantener el precio del alquiler a lo largo de todos los cursos, como en el caso de Jennifer Català, que sigue en el mismo piso compartido con otras dos personas, y no ha sido hasta este último año cuando les notificaron una subida de en el precio del arrendamiento a causa del incremento del IPC.
Ante este panorama, los jóvenes consideran que es necesaria una intervención institucional que regule el alquiler de los contratos temporales, en la que entre otras cuestiones se tenga en consideración su economía, ya que una buena parte tienen que buscar un empleo para poder costearse sus estudios. Ahora, aparte de tener que afrontar esta carga económica, se ven obligados a buscar una vivienda muchos meses antes del inicio del curso.
Alejandra Martínez, estudiante de la UdL: «Abonaba 500€ por una habitación»
Alejandra Martínez, estudiante de Periodismo, explicó que durante su primer año de carrera eligió la residencia como mejor opción por su seguridad al ser la primera vez que vivía sola. Durante ese curso estuvo pagando cerca de 500€ por una habitación individual que contaba con una cocina y un baño privado, sin manutención, pues comportaba un suplemento dependiendo de si era media pensión o completa. Destacó que la parte buena de la residencia era poder mantener la habitación pagando menos durante el verano, 300€ los meses que estuviera fuera.
“Al estudiar, no pueden dedicarse a trabajar”
La vicerrectora de Ocupación, Montserrat Rué, señaló que la Universitat de Lleida ofrece un programa de ayudas económicas destinadas al alojamiento para aquellos estudiantes que se encuentran en situación de vulnerabilidad socioeconómica, además de la beca del ministerio que proporciona hasta 2.500€ anuales. Rué afirmó estar a favor de la regulación del mercado de alquiler, que supone dificultades para los jóvenes que quieren independizarse. Dijo que para muchos es imposible combinar los estudios con un empleo que le proporcione recursos económicos.