UNIVERSIDAD
Un Honoris que llama a la paz y al valor de la lectura para unir a las personas
El premio Nobel de Literatura Abdulrazak Gurnah recibe esta distinción de la UdL

Gurnah, con el birrete azul que le acredita como doctor Honoris Causa, junto con Puy tras ser investido. - PAU PASCUAL
El novelista tanzano Abdulrazak Gurnah, premio Nobel de Literatura en 2021, fue investido ayer como Honoris Causa de la UdL. Hizo un llamamiento a expresar la solidaridad por las injusticias con las palabras, aunque “no impedirán que caigan las bombas”, y puso en valor la lectura para “recordar nuestra humanidad compartida”.
“Muchos de nosotros solo tenemos palabras para expresar solidaridad con aquellos que están sobrecargados con injusticias y persecuciones. Las palabras no impedirán que caigan las bombas ni construirán escuelas u hospitales donde se necesitan, pero nos permiten entender algo sobre la experiencia y aspiraciones de los otros. Y, por tanto, nos recuerdan nuestra humanidad compartida”. Con este llamamiento inequívoco a la paz finalizaba ayer su discurso el escritor Abdulrazak Gurnah, premio Nobel de Literatura en 2021, tras ser investido como nuevo doctor Honoris Causa de la Universitat de Lleida (UdL).
Nacido en las islas tanzanas de Zanzíbar, una excolonia británica, Gurnah huyó de su hogar a los 18 años para escapar de la persecución de ciudadanos árabes. Se exilió al Reino Unido, donde se doctoró y convirtió en referente de la literatura poscolonial. “Mi intención no es ser un guía turístico ni hablar sobre Zanzíbar, sino evocarlo como lugar y contexto de mis preocupaciones porque es un mundo que conozco bien”, explicó el autor. “Creo que lo que hace imposible renunciar al sentido de pertenencia es una injusticia no redimida o un anhelo no satisfecho, por lo que abandonar esta obligación parecería una negligencia autoindulgente, una traición”, añadió.
Esther Pujolràs, la profesora de la UdL que ha estudiado la obra de Gurnah y lo apadrinó durante la ceremonia, valoró que “mediante su ficción, hace darnos cuenta de que lugares alejados geográficamente y quizás culturalmente de nosotros tampoco son tan lejanos, porque la condición humana es la misma en todas partes”.
Pese a ser una de las voces más reconocidas en su ámbito, Gurnah matizó que “no soy analista político, no creo que ser un novelista me dé ninguna autoridad ni me haga más sabio para decir qué se debe hacer en la guerra de Sudan o en cualquier otro lado”. Aun así, señaló que “miles de personas en el mundo coinciden en mostrar su desaprobación” con la situación en Palestina, “pero no cambia la mente de los gobiernos ni de los que están en una posición para hacer algo”, añadió. “No sabemos por qué de repente se ha convertido en algo en lo que EEUU se ha ocupado, pero estoy agradecido y me alegro. Espero que el resultado sea tal como prometen para detener esta matanza”, añadió.
El rector de la UdL, Jaume Puy, celebró que la distinción a Gurnah homenajea “leer y escribir, que deben ser los objetivos de la etapa educativa” entendidos como “instrumentos de ocio”, pero sobre todo a “un inmigrante que se sintió señalado, un intelectual de un continente olvidado, un modelo a imitar y un activista”.
Gurnah acaba de publicar su primera novela después de recibir el Nobel de Literatura, titulada Un largo camino.
“No importa que estudiantes lean a través del móvil, mientras lean”
Gurnah destacó que, desde que publicó su primera novela en 1987, “el proceso de escritura ha cambiado mucho”. Explicó que “cuando empecé escribíamos a mano o con máquina de escribir, necesitábamos asistencia y una maquinaria ruidosa, que distrae y en la que no puedes corregir errores”. Ahora, en cambio, “el ordenador ha marcado una gran diferencia, nos permite trabajar en varias secciones a la vez y las correcciones son más fáciles”, afirmó. En cambio, considera que “el proceso intelectual de la escritura se mantiene, no ha cambiado”. El autor también valoró que “tener varias opciones para leer un libro no es necesariamente un problema” y afirmó que “varias personas tienen problemas cuando los estudiantes leen libros en un móvil, pero a mí no me importa mientras lean, porque es lo mismo”. No obstante, consideró que “la IA es otro asunto, especialmente para la educación. Antes tenías que leer 800 páginas y ahora 2, y el profesor no sabrá la diferencia. Pero es estúpido hacerlo”, concluyó.