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El presidente francés, Emmanuel Macron, con Benalla justo detrás de él, en una imagen de archivo.

El presidente francés, Emmanuel Macron, con Benalla justo detrás de él, en una imagen de archivo.EFE

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El presidente francés, Emmanuel Macron, rompió ayer su silencio en torno al escándalo en el que se ha visto envuelto el que fuera su jefe de seguridad Alexandre Benalla, que aparece en un vídeo vestido con distintivos policiales mientras agrede a manifestantes en la marcha del 1 de mayo de este año en París. Así, el secretario de Estado de Relaciones con el Parlamento, Christophe Castaner, explicó que Macron ve “inaceptable” y “escandaloso” el comportamiento de Benalla. “Desde que se conocieron los hechos, el presidente de la República puso en marcha un procedimiento de despido” de Benalla.

“No hubo voluntad de dar largas y de dejar pasar el tiempo”, aseguró Castaner. Por su parte, el ministro del Interior, Gérard Collomb, se sometió ayer a un interrogatorio de más de dos horas y media en la Asamblea Nacional gala, en el que defendió su gestión y negó tener responsabilidad alguna por el comportamiento del guardaespaldas. No obstante, Collomb reconoció que, al día siguiente de los incidentes, fue informado de lo sucedido. “Los hechos estaban siendo estudiados en el nivel adecuado”, subrayó, y, por ello, explicó que se desentendió de los mismos al creer que el gabinete de la presidencia lo iba a sancionar. En cuanto a las críticas de la oposición por no trasladar el caso a los tribunales, señaló que “no es al ministro al que le corresponde hacerlo”.

También afirmó que, pese a haber coincidido, no conocía a Benalla. Collomb encargó una investigación interna a las fuerzas de seguridad el 19 de julio, cuando Le Monde ya había destapado el escándalo.

Por otro lado, la Fiscalía de París confirmó la apertura de una investigación contra Alexandre Benalla. Junto a Benalla también serán investigados tres agentes por ceder al guardaespaldas las imágenes del suceso, captadas por cámaras de seguridad. Benalla ha sido acusado de “agresión, interferencia en el ejercicio de una función pública y ocultación de la desviación de imágenes de seguridad”. Los tres gendarmes, un agente y dos oficiales, entre ellos un comandante, están siendo investigados por “apropiación indebida de imágenes de seguridad y violación del secreto profesional”.

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