La guerra abierta de las alianzas

En vísperas del ecuador de la campaña, los pactos postelectorales tras el 12 de mayo centraron ayer el debate político de la jornada. El primer secretario del PSC y candidato a la presidencia, Salvador Illa, aseguró que aspira a liderar “un Govern transversal que se apoye en una mayoría muy transversal”, incluyendo también a Junts, una fórmula de la que su cabeza de lista, Carles Puigdemont, ya se ha desmarcado. Mientras, el president y candidato a la reelección, Pere Aragonès, denuncio una conjura PSC-Junts para desalojar a ERC de la Generalitat.

Con todas las encuestas de cara, Illa reiteró en una entrevista en la Cadena Ser que tras el 12M quiere encabezar un Govern “transversal”, acompañado de las formaciones que le ofrezcan “más estabilidad”, con unos planteamientos “socialdemócratas” y con los servicios públicos como prioridad, una fórmula de la que, de entrada, solo excluye a Vox y Aliança Catalana. El socialista, que ayer estuvo arropado en un acto en Sant Boi por el presidente Pedro Sánchez, que irrumpe por primera vez de forma directa en esta campaña, no cierra la puerta a un entendimiento con los juntistas. “Vamos a ver qué resultado obtiene y qué decide hacer. Nosotros con Junts hemos tenido ocasión de colaborar en otras instituciones y vamos a ver qué opción toman ellos”, afirmó. Quien sí cerró la puerta fue Puigdemont, que instó a ERC a aclarar si está dispuesta a investir como president a Illa. Además, advirtió que una presidencia de la Generalitat del PSC con los votos del PP sería “incompatible” con el apoyo de Junts al Gobierno de Sánchez. En este sentido, instó a concentrar el voto en Junts para impedir que Illa sea “el hombre de negro” del PSOE en Catalunya.Por su parte, Aragonès, que avisó de que los cinco días que se tomó Sánchez para meditar sobre su futuro han generado “inestabilidad” y “debilitado al bloque de la investidura”, acusó a socialistas y juntistas de conjurarse para sacar a ERC de la Generalitat.Las palabras del líder del PSC crearon revuelo también entre el resto de partidos. Desde los comuns alertaron que dejar abierta la puerta a pactar con Junts es incompatible con su apoyo y le instó a elegir entre “un Govern de izquierdas o aliarse con la derecha”. Para el Partido Popular, los socialistas “por fin se han destapado” y acusaron a Sánchez de “ofrecer la cabeza de Illa a Puigdemont por mantenerse en el poder”. Por su parte, la CUP, alejada de estas declaraciones, planteó impulsar una renta básica universal catalana de 900 euros mensuales.