Salvador Giménez, obispo de Lleida: “Tiene grabado en el corazón el amor y la fraternidad”
El obispo de Lleida destaca la sensibilidad fraternal del nuevo Pontífice y su vínculo con el legado de Francisco

Fieles emocionados en la plaza de San Pedro. - OLIVER WEIKEN / DPA
El obispo de Lleida, Salvador Giménez, destacó ayer la trayectoria del nuevo pontífice, que había sido designado cardenal por el papa Francisco hace solo dos años. Remarcó que es de la Orden de San Agustín y que, por tanto, “tiene grabado en el corazón una de las grandes ideas de este santo: el amor y la fraternidad entre todos”.
Desgranó parte de su primer mensaje desde el balcón en la plaza de San Pedro del Vaticano: “Ha hablado varias veces de la paz que es una palabra que querrá recoger del papa Francisco, del interés que tendrá por conseguirla, de pedir a Dios y a todos los hombres que trabajen por la paz y no por la guerra”.
Preguntado sobre la posibilidad de que trabaje en la misma línea que el pontificado de Francisco, el obispo de Lleida dijo que “aventurar profecías es muy aventurado. Cada persona tiene una psicología, tiene unas necesidades para anunciar y eso lo veremos en los próximos días y semanas”. Añadió que “lo que es cierto es que yo miraba al balcón (durante el discurso de León XIV) y me daba la impresión de que era un papa de toda la vida. El rostro cala rápidamente en el corazón de todos los católicos”.
“Tenemos que hacer tres cosas con el papa. La primera es rezar por él , porque es el sucesor de San Pedro, conserva el depósito de la fe, es una figura que trabaja por la unidad de toda la iglesia y confirma en la fe a todos los hermanos.
En esta línea consideró que la “gran visión” del nuevo pontífice será “hablar de paz, de unidad de la Iglesia, de evangelización de Jesucristo al mundo entero y, por supuesto, de conservar íntegro el patrimonio de la fe y de costumbres que tiene la Iglesia”.
❘ ciudad del vaticano ❘ Pasaban pocos minutos de las seis de la tarde cuando ayer la fumata blanca anunciaba al mundo que el cónclave con los 133 cardenales había elegido al nuevo pontífice, el 267 de la historia. El cardenal protodiácono, el francés Dominique Mamberti, anunció el nombramiento con el tradicional Habemus papam desde el balcón de la basílica de San Pedro. El elegido es el cardenal Robert Francis Prevost, de 69 años, y se hará llamar León XIV. Es un misionero nacido en EEUU, de madre de origen español y con una larga experiencia en Perú, cuya nacionalidad que adoptó. Es muy cercano a su antecesor en la Santa Sede, Francisco, quien falleció el 21 de abril con 88 años. Fue recibido con júbilo y lágrimas por las más de 150.000 personas que se reunieron la plaza de San Pedro. El propio León XIV no pudo contener la emoción y las lágrimas en sus ojos cuando pronunció un largo discurso desde el balcón de la basílica vaticana, en el que llamó a la paz y a una Iglesia abierta a todos, sobre todo a los que sufren.
“Gracias papa Francisco”, dijo Prevost, que es considerado un reformador y progresista como él. Afable, moderado y reservado, Prevost fue una de las grandes apuestas de Francisco, que lo designó responsable de los obispos de todo el mundo y de su comisión para Latinoamérica. Este misionero de la antigua Orden de San Agustín ha sido en los últimos años un estrecho colaborador de Francisco y entró a su estilo, discretamente, en la lista de papables para este cónclave, como un outsider en medio de otros grandes nombres.
En su discurso, que fue escrito, a diferencia de sus predecesores, comenzó pidiendo “una paz desarmante, humilde y perseverante que viene de Dios”. León XIV pidió “construir puentes con el diálogo con el encuentro, llevándonos a todos a ser un solo pueblo siempre en paz” e instó a los cardenales, que le eligieron en la cuarta votación, a “caminar junto a ustedes como una Iglesia unida, buscando siempre la paz y la justicia buscando siempre trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo a anunciar el Evangelio, a ser misioneros”. “Debemos buscar juntos ser una iglesia misionera, una iglesia que construye puentes y el diálogo siempre abiertos a recibir a todos, a todos aquellos que necesitan nuestra caridad nuestra presencia”, añadió.
Dedicó unas palabras en español en su primera aparición al mundo como pontífice para recordar a su “querida” diócesis de Chiclayo, en Perú.
La elección de Prevost llegó después de cuatro votaciones, tres celebradas ayer en la Capilla Sixtina y la del miércoles al inicio del cónclave, y lo anunciaron al mundo con la tradicional humareda o fumata blanca desde la chimenea.
Según la normativa vaticana, para ser elegido papa son necesarios dos tercios de los votos. En este caso los cardenales electores son 133 por lo que el elegido necesita, como mínimo, 89 votos.
El papa Francisco fue elegido en 2013 en la quinta votación, Benedicto XVI a la cuarta y Juan Pablo II en 1978 a la octava. En el último siglo, las elecciones más largas fueron las de Pío XI en 1922, con catorce escrutinios, y la de Juan XXIII en 1958 con once.
Reconocimiento a su apuesta por el diálogo
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró ayer sentirse muy “emocionado” y afirmó que es un “gran honor” que el nuevo papa, al cardenal Robert Prevost, sea estadounidense, el primero en ocupar este cargo. Por su parte, el presidente español, Pedro Sánchez, deseó que su pontificado “contribuya a fortalecer el diálogo y la defensa de los derechos humanos en un mundo que necesita esperanza y unidad”. En esta misma línea, el president de la Generalitat, Salvador Illa, expresó su deseo de que León XIV ayude a Iglesia a avanzar y conseguir “un mundo más justo, más próspero y en paz”. “Éste es un momento de alegría compartida para toda la comunidad católica”, afirmó a través de sus redes sociales. El jefe de la oposición, el popular, Alberto Núñez Feijóo, también espera que el nuevo papa sea “fuente de unidad” ante “los grandes desafío que enfrenta el mundo”. “Hoy asume una gran responsabilidad”, afirmó. Desde la Comisión Europea, su presidenta, Ursula von der Leyen, le pidió que promueva “la paz, la dignidad humana y la comprensión mutua entre las naciones”. En una declaración junto al presidente del Consejo Europeo, António Costa, recordó que “millones de europeos se inspiran a diario” en el “compromiso permanente” de la Iglesia con estos preceptos.