Uno de cada tres catalanes muestra un nivel elevado de pensamiento conspirativo
El último estudio del CEO revela que el 40% de la población prefiere priorizar el nivel de vida aunque sea a costa de un sistema no plenamente democrático

Una trabajadora de Salud vacunándose. Imagen de archivo.
El Centro de Estudios de Opinión (CEO) ha revelado que uno de cada tres catalanes presenta un nivel elevado de pensamiento conspirativo, según la encuesta presentada este miércoles. Los resultados muestran que un segmento significativo de la población desconfía sistemáticamente de las ideas defendidas por instituciones y expertos, porcentaje que supera el 50% entre los votantes de Vox y Aliança Catalana. Paralelamente, un 42% de los encuestados considera que las autoridades exageran los peligros de algunas enfermedades por intereses económicos, mientras que un 40% de los catalanes preferiría vivir en un país a que garantice un buen nivel de vida aunque no sea plenamente democrático.
La institución dirigida por Joan Rodríguez Teruel ha establecido el grado de pensamiento conspirativo a partir de doce preguntas específicas. Los ciudadanos con nivel alto de conspiración son aquellos que sistemáticamente cuestionan las verdades avaladas por expertos e instituciones académicas o políticas, y creen en la existencia de una realidad escondida en varios ámbitos. Estas tendencias se han analizado en diferentes sectores de la población catalana, revelando patrones significativos según afinidades políticas, nivel educativo y fuentes de información consultadas.
Más de la mitad de simpatizantes de Vox i Aliança, con un alto grado de conspiracionismo
La encuesta concluye que un 65% de simpatizantes de Aliança Catalana responden a este perfil, así como un 55% de simpatizantes de Vox. Los del PP y Junts se sitúan en torno al 40%, mientras que los de ERC están en la raya del 35% y socialistas y cupaires están al 20%. Los próximos a los comunes son los que menos se ajustan a este perfil, sobre el 15%.
El Centro de Estudios de Opinión (CEO) cree que el pensamiento conspirativo es transversal en términos de edad, sexo o ingresos, pero se reduce 10 puntos entre los universitarios. Los que frecuentan la creencia que hay una realidad escondida suelen estar más expuestos a noticias falsas y se informan más por redes sociales.
Además, el hecho de que pongan énfasis a no creerse las 'verdades oficiales' reduce en 14 puntos la desazón por la vivienda, se dobla la preocupación por la inmigración y la seguridad, y reducen la valoración tanto de la UE, como de Ucrania, como el interés por las infraestructuras y el transporte, tal como ha explicado Rodríguez Teruel en una atención a los medios de comunicación. Además, los perfiles conspiracionistas multiplican por 10 la creencia que los expertos y científicos manipulan habitualmente los datos para defender intereses políticos y también son mucho más propensos a los liderazgos y la comunicación no convencionales, así como al populismo.
El 42% cree que las autoridades exageran los peligros de algunas enfermedades por intereses económicos
El CEO ha estimado el grado de conspiracionismo a partir de las respuestas a 12 premisas. Por ejemplo, el número de ciudadanos que creen que las administraciones exageran los peligros de algunas enfermedades por intereses es más alto que aquellos que lo rechazan. Con respecto al coronavirus, los que creen que fue desarrollado en un laboratorio como arma biológica son un 25% del total, mientras que un 26% lo niega, un peso prácticamente idéntico, y el resto se mantienen ambiguos. Al mismo tiempo, un 21% de la gente cree que las vacunas hacen más daño que bien, y que las empresas farmacéuticas lo esconden, pero en este caso, seis de cada diez lo rechaza.
Todavía en el terreno de las teorías conspirativas, un 60% de los ciudadanos creen que las agencias gubernamentales controlan de cerca la población sin que esta lo sepa, y un 47% asegura que hay tecnologías muy avanzadas que también se mantienen ocultas porque perjudican grandes intereses. Y una proporción todavía mayor, tres de cada cuatro encuestados, afirman que el gobierno esconde a menudo información relevante a la ciudadanía, o bien que un pequeño grupo de personas toma las decisiones importantes a escala mundial para favorecer sus intereses.
En la misma línea, un 79% de la población cree que los medios de comunicación censuran información importante para proteger los intereses de los poderosos. De hecho, un 40% no tiene confianza en los medios tradicionales, un grado sólo ligeramente superior a la confianza en los alternativos o independientes en internet.
Con respecto a los comicios, uno de cada tres ciudadanos cree que los resultados electorales se manipulan incluso en los países desarrollados. Otra de las premisas analizadas es la que afirma que en Europa se está favoreciendo la inmigración para que la población autóctona sea sustituida, cosa que cree al 21% de la gente.
Seis de cada diez chicos jóvenes priorizan nivel de vida a democracia
Por otra parte, hay más gente que preferiría vivir en un país capaz de garantizar un nivel de vida adecuado a sus ciudadanos, aunque no sea del todo democrático (40%) que aquellos que escogerían vivir en un país gobernado democráticamente, aunque no garantice un nivel de vida adecuado a sus ciudadanos (34%). La diferencia entre las dos visiones enfrentadas por el CEO es más amplia entre las generaciones más jóvenes, sobre todo los hombres. Un 62% de chicos entre 16 y 24 años apostaría por más nivel de vida en detrimento de la democracia, una premisa que también comparten el 54% de hombres entre 25 y 34 años. Entre las mujeres de la misma franja las opiniones son mucho más similares a la media catalana.
La priorización de calidad de vida en perjuicio de la democracia también es destacable entre los votantes de Vox (64%) y los del PP (57%), a quien siguen los simpatizantes de Aliança Catalana (49%). El resto de perfiles ideológicos están lejos de estos postulados.
Uno de cada cinco cree que el cambio climático se exagera
La muestra también pregunta sobre temas científicos, y una de las conclusiones es que más de una de cada cinco personas creen que el cambio climático se exagera o que los datos sobre este tema no son una verdad absoluta. Así, el 30% afirma que a menudo, expertos y científicos manipulan datos para favorecer intereses políticos o económicos.
En el mismo terreno, el 19% de los catalanes creen que los gobiernos esconden pruebas de contacto con extraterrestres y un porcentaje similar confía en creencias como el tarot o la astrología. La población se reparte en partes iguales entre los que apuestan por conocimientos tradicionales o espirituales como la sabiduría oriental, las creencias indígenas o el mindfulness, así como en las terapias naturales o medicinas alternativas.
La inmigración, buena para la economía y la cultura
Con respecto a la inmigración, la mayoría cree que es buena para la economía y la cultura, y hay más gente que cree que hacen del país un lugar mejor, que los que piensan el contrario. Con todo, el 58% piensa que se están perdiendo las tradiciones y nuestra manera de ser, y cuatro de cada diez ve que el país antes funcionaba mejor y parece que ahora ha perdido el rumbo. Al mismo tiempo, el 53% está convencido de que los recién llegados reciben más ayudas que los autóctonos.
Como en otras encuestas, se ve una corriente de pensamiento considerable, en torno a una de cada cuatro personas, que opina que el feminismo ha ido demasiado lejos, o que las políticas de igualdad de género a menudo imponen criterios injustos o poco realistas.
Sobre temas socioeconómicos, tres de cada cuatro personas creen que trabajar y esforzarse ya no garantiza vivir con seguridad económica, y el 82% dice que cada vez es más difícil para una familia trabajadora llevar una vida digna de clase media.
La extrema derecha, con un índice de populismo más alto
Por otra parte, a partir de varias premisas donde se confronta la importancia que tendría que tener el pueblo sobre la clase dirigente, que se asimila al populismo, el director del CEO, Joan Rodríguez Teruel, ha explicado un índice de populismo que extrae la institución, y que concluye que los simpatizantes de Vox y Aliança se sitúan en un nivel más alto.
Los siguen Junts, CUP y ERC, mientras que el PP, el PSC y los comunes muestran el nivel más bajo de énfasis a dar peso a la mayoría de la gente en detrimento de la representatividad política. Al mismo tiempo, tanto los simpatizantes de la CUP, como los de Aliança o Vox son los que muestran más posiciones no convencionales, los que más confrontan las ideas centrales de la sociedad.
En política internacional, la valoración que los catalanes hacen de los principales actores geopolíticos a escala mundial es en general crítica, y sólo aprueban, con uno 5,2 sobre 10, el papel de Ucrania. La UE obtiene un 4,9, mientras que China se sitúa en el 4,8, Palestina en el 4,5, los EE.UU. reciben a un 2,6, Rusia un 2 e Israel, un 1,9. Los simpatizantes de Vox, la CUP o Alianza valoran mejor China que la Unión Europea, mientras que PP, Vox o Aliança dan una nota sensiblemente mejor en Israel que la media –aunque también suspenden en el país encabezado por Benjamin Netanyahu.