a los abucheos
Su desgaste político se inició en el año 2015 tras el conflicto con la que fuera su mano derecha, Marta Camps, y se agravó tras su acuerdo con Cs y PP en pleno auge independentista
DECLIVE: Pacto con Cs y PP y efectos del ‘procés’
El desgaste de Ros comenzó en 2015. El conflicto con la entonces primera teniente de alcalde, Marta Camps, a quien destituyó, le pasó factura, aunque Anticorrupción y Antifraude no encontraron las irregularidades que había denunciado. Ese mismo año hubo elecciones municipales y Ros solo logró ocho ediles, lejos de la mayoría absoluta, fijada en catorce, alcanzada en los dos comicios anteriores.
Pactó el cartapacio con Cs, a cambio de potenciar el bilingüismo en la ciudad, entre otras cuestiones, y también le dio su apoyo el grupo popular, que se ha mantenido durante todo el mandato en la mayoría de proyectos. Esta situación coincidió con el auge del proceso independentista en Lleida y el resto de Catalunya, el beneplácito de los socialistas a la aplicación del artículo 155 en Catalunya por parte del Gobierno central del PP, la ofensiva judicial contra el procés, con su ‘patinazo’ el 1-O cuando dijo, en un primer momento, que la actuación de la policía fue “proporcionada”, y con la entrega obligadade las obras del Museu a Sigena.
Esto comportó que en las múltiples manifestaciones independentistas, y de otra índole, se escucharan gritos “Ros dimisió” y que fuera abucheado en la inauguración de la exposición de la obra ‘Presos polítics’ en el Museu.
